En los primeros 7 años de vida del niño se desarrollan 7 derechos naturales, que son básicos y fundamentales para su desarrollo posterior como adultos
Si quieres invertir en la felicidad de tus hijos, por favor comprueba si sabes cuáles son.
Como psicóloga (o terapeuta familiar, que me gusta más) y maestra he visto padres de todo tipo y color en mi consulta y en el colegio. Pero si hay una cosa que he observado y que tenemos todos en común, son nuestras buenas intenciones respecto a nuestros hijos.¡Ay! Si sólo las buenas intenciones bastasen… Lo cierto es que muchas veces nos preocupamos hasta la angustia por cosas complejas, que en realidad están muy alejadas de las necesidades reales de los niños, y luego fallamos en lo más básico.El primer septenio de vida viene a ser la base a partir de la cual se constituirá el adulto futuro. Son unos años tan importantes en el desarrollo de un individuo, que dejan una huella imborrable.De hecho, las carencias de cualquier tipo durante estos primeros años de vida van a repercutir enormemente en el desarrollo posterior de la persona.Veamos cuáles son esos derechos básicos y sus consecuencias si no son bien satisfechos:Durante el primer año de vida el niño tiene derecho a TENER. Y es preciso y necesario que tenga, por tanto hay que darle lo que pide, es decir: mamá, teta, brazos,…
En realidad lo que más necesita tener es contacto físico y emocional permanente con su mamá, y para esto ayuda mucho la crianza en brazos. Si este derecho se reprime, de adulto va a necesitar todo el tiempo acumular cosas (a veces desesperadamente), que le servirán para crear una felicidad falsa, en un intento de llenar esa carencia primaria, ese vacío, que por otra parte, nunca ya podrá llenar. Pero, ¿cuántos podemos decir que hemos sido criados en brazos? Y en cambio, ¿cuántos compradores/as compulsivos vagamos por el mundo? Y a veces ni siquiera sabemos para qué compramos eso que compramos, o lo dejamos colgado en el armario con la etiqueta puesta ad eternum. Ni que decir tiene que las adicciones, todas, tienen esta necesidad no cubierta como trasfondo.El segundo año de vida el niño tiene derecho a SENTIR. Necesita explorar, descubrir, experimentar por sí mismo. Está desarrollando lo sensorial.
Por eso es muy importante dejarlo hacer, dejarlo sentir, que toque, que se lleve las cosas a la boca, que explore a su aire, sin sobreprotegerlo. Se trata de convertirnos en una mamá/papá observador.Si lo sobreprotegemos, reprimiendo su derecho natural a sentir, de adulto puede tener serios problemas de contacto en lo que se refiere a su sexualidad. Estará reprimido sexualmente, no habrá disfrute, llegando incluso a desarrollar trastornos sexuales.El tercer año, el niño tiene derecho a HACER. Empieza a separarse emocionalmente de su mamá y a descubrir que es una persona independiente que puede hacer cosas. Casi siempre quiere imitar lo que hacemos los adultos. Quiere hacer las cosas solo, ayudar a mamá, cortar con el cuchillo,…
Es muy importante dejarle hacer. No importa si quiere llevar el plato de sopa hasta la mesa y seguro se le caerá, déjalo que lo haga, confía en él y díselo. Dile: “Toma, sé que lo llevarás con cuidado. Adelante, confío en que vas a poder hacerlo”.Si no le brindamos esta confianza, no podrá desarrollar su potencialidad, sus pulsiones, ese don que todos traemos al mundo y que si lo explotamos, nos dará la auténtica satisfacción o felicidad en nuestra vida. En cambio, será un adulto lleno de miedos y límites, que probablemente se dedicará a otra cosa y no se atreverá a desarrollar lo que realmente siente ganas de hacer. ¡Ay! Cuántos casos de éstos hay por el mundo, gente que no nos atrevemos a hacer lo que en una parte profunda de nosotros mismos sentimos que queremos hacer. Ésta es probablemente la mayor represión de la sociedad de nuestro tiempo. A mí me ha costado años darme cuenta, abrir los ojos y ver que sólo hacía lo que se esperaba de mí, lo que tocaba hacer, pero poco a poco, que no es fácil, ya voy redirigiéndome…Aquí te presento un cuadro resumen de lo expuesto hasta ahora y la semana que viene seguimos con los derechos fundamentales de los 4 a los 7 años,
Ya puedes leer la continuación aquí.
Aguamarina
<<Criemos niños que no necesiten recuperarse de su infancia – Pam Leo>>
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