Revista Ciencia
Los antiguos egipcios eran vegetarianos
Publicado el 11 mayo 2014 por Misterioycienciahoy @MISTERIOYCIENCIComer mucha carne es un fenómeno reciente, en las culturas antiguas el vegetarianismo era mucho más común, excepto en las poblaciones nómadas. La mayoría de las poblaciones sedentarias comían frutas y verduras. Aunque investigaciones anteriores encontraron que los antiguos egipcios eran más o menos vegetarianos, hasta esta nueva investigación no fue posible averiguar las cantidades relativas de los diferentes alimentos que consumían.
Un equipo de investigadores franceses descubrió que al observar los átomos de carbono en momias que habían vivido en Egipto entre los años 3500 a. C. y 600 d. C., se podía descubrir lo que comían.
Todos los átomos de carbono son tomados por las plantas a partir del dióxido de carbono de la atmósfera, por el proceso de fotosíntesis, al comer las plantas y los animales que han comido esas plantas, el carbono se introduce en nuestros cuerpos.
Las momias que los investigadores franceses estudiaron fueron los restos de 45 personas que habían sido enviados a los museos de Lyon, Francia durante el siglo XIX. "Hemos aplicado un enfoque un poco diferente", explica Alexandra Touzeau, quien dirigió el equipo de investigación de la Universidad de Lyon. "Trabajamos mucho con los huesos y los dientes, mientras que la mayoría de los investigadores estudian el cabello, el colágeno y las proteínas; nosotros también trabajamos en muchos períodos diferentes, así que podíamos cubrir un lapso de tiempo muy largo".
Los investigadores publicaron sus resultados en el Journal of Archaeological Science. Midieron los ratios de carbono 13 a carbono 12 (y también algunas otras proporciones de isótopos) en el hueso, el esmalte y el pelo de los restos, y los compararon con mediciones similares realizadas en los cerdos que recibieron dietas controladas consistentes en diferentes proporciones de los productos alimenticios C3 y C4. Como los cerdos tienen un metabolismo similar a los seres humanos, sus proporciones de isótopos de carbono podrían ser comparados con los que se encontraron en las momias.
El pelo absorbe una mayor tasa de proteínas de origen animal que los huesos o los dientes, y las proporciones de isótopos en el cabello de las momias correspondía a la encontrada en el cabello de los vegetarianos europeos modernos, lo que confirma que los antiguos egipcios fueron también principalmente vegetarianos. Como es el caso de muchas personas modernas, su dieta estaba basada en trigo y cebada. Una conclusión principal de la investigación fue que los cereales C4, como el mijo y el sorgo, son sólo una pequeña parte de la dieta, menos del 10%.
Pero hubo algunas sorpresas.
"Hemos encontrado que la dieta era constante en el tiempo; aunque esperábamos cambios", dijo Touzeau. Esto demostró que los antiguos egipcios se adaptaron bien al ambiente mientras que la región del Nilo se convertía cada vez en más árida entre el 3500 a. C. y el 600 d. C.
Para Kate Spencer, una arqueóloga y especialista en el antiguo Egipto de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, esto era de esperar: "A pesar de que la zona era muy árida, cultivaban cosechas a lo largo del río y se manejaban con la irrigación, que es muy efectiva", dijo. Cuando el nivel del Nilo disminuyó, los agricultores se acercaban más al río y continuaban cultivando de la misma manera.
El verdadero misterio es el pescado. La mayoría de las personas probablemente esperaban que los antiguos egipcios que viviendo a lo largo del Nilo habrían comido un montón de peces. Sin embargo, pese a las considerables evidencias culturales, no parece que haya habido mucho pescado en su dieta.
"En sus relieves y pinturas hay abundante evidencia de que los egipcios pescaban (tanto con lanza como con redes), y se muestra la pesca en sus listas de ofrenda. Asimismo hay mucha evidencia arqueológica de consumo de pescado en sitios como Gaza y Amama," dijo Spence, quien añadió que algunos textos indicaban que algunas especies de peces no se consumían por cuestiones religiosas. Por ello es sorprendente que los isótopos no sugirieran el consumo de pescado.