Tras el shock que supuso para mi la triste noticia del fallecimiento de Santi Benitez, pretendo volver a mi actividad de bloggero ocasional con el tema de moda: los controladores áereos.
Muchos comentarios y opiniones he visto tanto en los medios impresos como digitales, así como en la blogosfera en general, pero quizá me quedo con el artículo de Adrian Vogel, que abandonó temporalmente su faceta merengona (él sabe que se lo digo desde el cariño) para dar una vez más en el clavo con su análisis y citar al Sr. Fétido, que no pudo ser más claro cuando indicó en el blog de Ignacio Escolar:
“¿Han ido a la huelga? ¿No? ¿Han usado triquiñuelas sucias para imponer su posición? ¿Bajas laborales falsas y milongas variadas? Pues que los follen. No me interesan sus argumentos.”
Me quedo también con la experiencia personal de Nuria Tortosa, a quien le tocó chuparse 410 kms desde su casa al Aeropuerto de Toulouse para ir a recoger a su hermana, quien a su vez se había tenido que cenar los 240 kms que separan Marrakech de Casablanca.
Otros artículos que me gustaron fueron los titulados Defender lo indefendible de Alberto Ríos y César Cabo, cobarde y mentiroso, de José Sánchez (@Melme21)
Enlacé todos los artículos en mi Twitter, indicando directamente el de los @Controladores y no usando el Trending Topic de moda, #Controladores, porque creo que es una muestra de acusación directa, aunque se que existen escasas posibilidades de que lo vieran.
El mismo día que saltó la noticia dije tanto en Twitter como en Facebook: “Intolerable la actitud de los @controladores aéreos. Pero ojo! Que ahora nos pedirán solidarizarnos y el que no, es un facha. Apostamos?” y fue dicho y hecho. Una persona que acaba de agregar hacía escasos días y que en los últimos tiempos no hacía nada más que enlazar artículos de Gara.net y que tengo la sospecha de que ha volado pocas veces a o hacia Madrid, me recrimió mi actitud insolidaria, pues en estos momentos, según ella, había que entender sus reivindicaciones y que las formas de manifestarlas eran lo de menos.
Está claro que el Gobierno y AENA tienen una buena patata caliente con este sector y soy de los que opinan que ni este ni ningún otro colectivo debería regularizarse a golpe de decretazo. Pero también tengo muy claro, como he venido diciendo hasta la saciedad, que nos guste o no, les guste o no, existen unas reglas del juego que hay que cumplirlas teóricamente por cada hijo de vecino. Bajo mi punto de vista, todas sus reivindicaciones se deslegitimizan en el momento en que rompen con esas reglas y en lugar de convocar una huelga, se declaran incapaces para desempeñar su trabajo, dejan tirados a miles de usuarios y para colmo, tienen la desfachatez de reunirse en el hotel al que acuden la mayoría de los afectados por incidencias con vuelos. Por cierto, yo he estado en ese hotel por circunstancias profesionales y les aseguro que esa sala no es precisamente barata.
Para colmo, escucho esta mañana en Punto Radio a Jauma Segalés entrevistando a un representante de este colectivo, quien nos recuerda, en el colmo de la desfachatez, que ellos ya han pedido disculpas a la opinión pública, cosa que no ha hecho ni AENA ni el Ministerio de Fomento. ¿Pedir disculpas por, señor mío? En todo caso AENA y el Ministerio les habrán hecho daño a Uds., pero a los que se quedaron sin volar, me da que no.
Siguiendo ese cómulo de sinvergonzonería, leo que estos señores se han acogido a su derecho a no declarar ante la Audiencia Provincial de Madrid. En definitiva, no quieren explicar qué demonios hacían en un Hotel en lugar de permanecer o acudir a su puesto de trabajo o en su caso, quedarse en casa con su bolsita de agua caliente y termómetro en boca. Por supuesto, están en su derecho de no declarar e incluso a no declarar en su contra, pues así lo amparan las leyes, pero creo que no estaría de más dar su versión de los hechos a un tribunal, así como lo han hecho cada vez que se les ha puesto un micrófono en la boca o insultando al personal sin ningún tipo de miramientos.
Desde el día D hasta la fecha los Controladores Áreos han demostrado chulería y egocentrismo, propios de quienes tienen el poder o de quienes, como suele decirse vulgarmente, nos tienen cogidos por los huevos. No me dan ninguna pena sus condiciones laborales pues pueden ser mejorables, pero no son peores que otros colectivos que trabajan sin descanso y tienen labores de máxima responsabilidad, desde un operario del 112 hasta un médico de urgencias, pasando por un agente de policía o un bombero. Que yo sepa y recuerde, el resto de los colectivos se manifestan y se ponen en huelga respetando las reglas del juego.
Estos señoritos deberían bajar de vez en cuando de la torre de control y pisar tierra.