Revista Espiritualidad

Los Cuatro Sellos del Dharma

Por Chocobuda
Los Cuatro Sellos del Dharma

Aunque lleves años practicando budismo, a veces es difícil explicar a la gente de qué se trata esta filosofía. El Buddhadharma es tan grande y abarca tantos aspectos de la vida, que ponerlo en palabras sencillas y cortas es un reto.

Algunas personas creen que el budismo es estar relajados todo el tiempo. Es cierto que hay una poco de eso, pero está incompleto.

Otros piensan que es terapia para encontrarse a sí mismo. También hay algo de eso, pero solo en la superficie. Las enseñanzas de Shakyamuni y los Patriarcas van mucho más profundo que eso.

Hay quien me ha dicho que es lo mismo que el catolicismo, pero que creemos en un dios gordo. Es cierto que puede ser considerado una religión, pero el Budismo no tiene dioses. Somos transteístas, decir, las deidades nos son irrelevantes y las dejamos atrás.

Gracias a la popularidad del budismo tibetano, me han dicho que hacemos los mismo que SS Dalai Lama y no imaginan que existen muchas tradiciones distintas, con diferencias fuertes en cultura y práctica.

Finalmente, me he topado con muchos que asumen que el budismo es el que cree en Ganesha y que nos la pasamos meditando todo el día. Ganesha forma parte importante del budismo de India y es real que la práctica de meditación es vital; pero el concepto está errado.

Entonces, ¿cómo explicar el budismo a alguien que pregunta? Con los Cuatro Sellos del Dharma. Sellos como en características distintivas, no como cerraduras.

Al conocer estos Cuatro Sellos, puede quedar más clara una explicación de qué es budismo.

Es importante decir que los Cuatro Sellos del Dharma pueden ser distintos para cada tradición budista. En el Soto Zen son estas las que estudiamos.

Primer Sello: Todas las cosas y fenómenos son impermanentes

Esta primera característica es esencial para entender el budismo. No es por que estemos derrotados ante el hecho de que todo cambia, sino que apreciamos y agradecemos este concepto.

En esta filosofía contemplamos los cambios de la vida y sus infinitas transformaciones. Eso incluye a las personas, con todo lo que hemos hecho.

Estamos conscientes de que nada dura y por eso mejor disfrutamos cada segundo de esta vida. Por otro lado, saber que todo termina, también ayuda a tener una relación distinta con el dolor, tristeza, ira y angustia. No duran para siempre, solo son transitorias.

Segundo Sello: Todas las emociones causan sufrimiento

En su Iluminación, Shakya-sama entendió que el drama que nos creamos en la mente enciende todas las condiciones para sufrir. Entonces dejó las enseñanzas perfectas para que, al seguirlas lo mejor que se pueda, es posible no sufrir las emociones.

Ya sea que estés muy feliz, la tristeza llegará cuando la relacion/fiesta/dinero/abuelita se acabe.

O si te sientes muy triste y a esa emoción le construyes una historia egocéntrica, también sufres.

No es que los budistas seamos androides sin emociones. Es que entrenamos la mente para observar los pensamientos y emociones para dejarlas pasar cuando sea el momento de seguir adelante.

Claro que no es fácil, pero para eso entrenamos la mente con Zazen.

Tercer Sello: Todos los fenómenos están vacíos y dependen de otras cosas para existir

Esta enseñanza es importante, aunque difícil para el occidental moderno. En nuestra cultura nos dicen todo el tiempo que somos únicos e irrepetibles. Que somos ganadores, seres brillantes o cosas por el estilo.

También asumimos que la comida aparece en nuestra mesa de manera mágica, lo cual nos lleva a vivir en ingratitud.

El Buda entendió que para que exista un mango, es necesario que exista una semilla, un árbol, la tierra, el sol, el agua, personas que lo cuiden, insectos, estaciones del año… y la lista puede seguir hasta la creación misma del universo.

Y lo mismo aplica para ti, lo que tienes, lo que eres, lo que sientes, lo que comes, lo que sabes.

Por lo tanto, en el budismo no hay nada especial porque todo es vacuidad. Al mismo tiempo, todo es Buda y todo es hermoso porque todo está entrelazado en un sistema elegante que es difícil ver a simple vista.

La mente en calma no solo puede observar la Vacuidad, sino que también el Origen Dependiente de las Cosas.

Cuarto Sello: El Nirvana trasciende todo extremo

En otras filosofías se busca un premio al final de la vida. Ya sea reencarnación, pertenecer a una consciencia cósmica, o estar a lado de una deidad; lo que se busca tiene nombre y es algo qué perseguir.

En el budismo no perseguimos el Nirvana. No es un «cielo» al que haya que llegar.

El Nirvana es la apreciación de la vida como está, de todas sus condiciones y dificultades. Se trata de entrenar la mente para que el corazón roto no duela tanto, para que la ira dure poco y para que estemos en paz con las cosas como son.

El Nirvana es este momento, aquí y ahora. Pero solo puedes acceder a él si tu mente está tranquila y tu cuerpo en equilibro.

Si has leído con atención, practicar budismo es seguir las enseñanzas de Shakyamuni para poder entrenarnos y salir del sufrimiento.

También te habrás dado cuenta de que es otra manera de explicar las Tres Marcas de la Existencia 🙂

Al tener esto en claro para tu práctica, te será más sencillo explicar lo que es budismo.

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