Tengo que reconocer que no me gustan mucho los pájaros. Les tengo cariño a los gorriones, las cigüeñas y las golondrinas, quizá porque crecí con ellos. Recuerdo viajes por carreteras regionales observando los nidos gigantes que las cigüeñas construían en lugares imposibles, y a mi tía quejándose de los nidos de golondrina que le iban a estropear el tejadillo del porche. Más tarde, sin embargo, me he encontrado varias veces en una pelea absurda con las palomas que invaden Madrid, y las gaviotas que se acercan altaneras cuando te acercas a cualquier playa cercana a una ciudad.
La gaviota, ese animal que sólo un partido político escogería como mascota
Aún así, he decidido superar mi particular aversión a las aves para hablar de los cuervos de Nueva Caledonia. Estos pajaritos son conocidos por su habilidad para fabricar herramientas, cualidad que no poseen muchos animales, a parte de nuestros primos los chimpancés. De hecho, los cuervos de Nueva Caledonia, son capaces de fabricar ganchos de manera mucho más eficaz que los chimpancés.
Los cuervos de Nueva Caledonia usan palitos y ganchos para lograr sacar insectos y larvas a través de diferentes agujeros que encuentran en los troncos de los árboles. Pero ojo, estos pájaros no se conforman con un usar cualquier palito que se encuentren, sino que son capaces de modificarlo para que se adapte mejor a sus necesidades. Podríamos decir que tallan la madera para construirse una herramienta más eficaz, algo que sólo se ha observado entre los humanos.
Es más, los cuervos de Nueva Caledonia son la única especie no primate en la que parece producirse una transmisión del conocimiento de generación en generación. Es decir, una vez que aprenden a fabricar una herramienta mejor, lo comunican al grupo, que seguirá trabajando a partir de esta herramienta.
Cuervo de Nueva Caledonia
Pero además, esta especie de cuervos también es conocida por haber sido capaz de superar una serie de test cognitivos, lo que la han convertido en una especie modelo para las investigaciones que intentan entender mejor la evolución de la inteligencia. Hace un par de semanas, se publicaron los resultados de una investigación en la que se ponía a prueba la capacidad de estos cuervos para entender diferentes relaciones causa-efecto. Para ello se utilizó un experimento inspirado en la fábula de Esopo en la que un cuervo sediento tira piedras a una jarra, para que el nivel del agua suba y poder beber de ella. En este caso, además, en el agua se habían incluido algunos pedacitos de comida que flotaban sobre ella.
Los cuervos demostraron ser capaces de escoger qué objetos serían los mejores para lograr subir el nivel del agua: objetos pesados, en lugar de ligeros y sólidos en lugar de huecos. También fueron capaces de escoger el tubo con el nivel de agua más alto y tubos rellenos de agua y no de arena.
Sin embargo, los cuervos suspendieron en dos tareas un poco más complicadas que requerían entender la relación entre la anchura del tubo y el desplazamiento del agua y cómo se desplazaría el líquido en un tubo en forma de U.
Estos resultados sirven para entender las capacidades y limitaciones de estas aves. En concreto, los experimentos probaron cómo los cuervos son capaces de entender la relación causa efecto, siempre que no exista ninguna pequeña excepción. En algunos medios se han escogido titulares como “La inteligencia de los cuervos de Nueva Caledonia, rivaliza con la de niños de 7 años”. Quizá esto sea algo exagerado, ya que sólo se está midiendo un pequeño parámetro. Lo que sí es cierto es que a la hora de entender el desplazamiento de un líquido en un determinado recipiente, cuervos y niños de 5 a 7 años parecen está empatados. ¡Que no os quiten la merienda!