Año: 2011
Género: Comedia dramática.
País: Estados Unidos.
Duración: 115 minutos.
Dirección: Alexander Payne.
Intérpretes: George Clooney, Shailene Woodley, Amara Miller, Nick Crause, Patricia Hastie, Matthew Lillard, Judy Greer, Beau Bridges.
"Matt King, hombre casado y padre de dos niñas, debe reevaluar su pasado y navegar su futuro cuando su esposa se ve involucrada en un accidente en lancha, a las afueras de Waikiki. Intenta torpemente reparar la relación que tiene con sus hijas —Scottie, una precoz niña de 10 años, y Alexandra, una joven rebelde de 17 años — mientras pondera la decisión de vender la tierra de su familia. Los King son dueños de una parte de las últimas e invaluables parcelas vírgenes de playa tropical de las islas, que fueron parte de un legado de la realeza hawaiana y de misionarios.
Cuando Alexandra le deja caer la noticia de que su madre estaba en medio de un amorío al momento del accidente, Matt debe de replantearse totalmente su vida, sin dejar de mencionar su legado, durante una semana de decisiones significantes. Acompañado por sus hijas, se embarca en una caótica búsqueda por el amante de su esposa. A lo largo del camino, en lo que serán encuentros divertidos, problemáticos y trascendentales, se percata que finalmente está en camino en la reconstrucción de su vida y su familia."
Ahora me siento mal por nunca haber visto una película del Sr. Payne; Elección, Las confesiones del Sr. Schmidt, Entre Copas, películas de las que he escuchado hablar mucho y nunca me digné a verlas. Al decidirme a ver Los Descendientes, gracias a su movimiento estos días por los Globos de Oro y su nominación a los premios Oscars, descubrí un narrador de historias nato en Payne, descubrí al actor dentro de George Clooney y que las pequeñas grandes cosas de la vida importan.
Muchas películas han intentado retratar una familia desarmada y atípica en sus historias; lo que hace diferente a Los Descendientes es la manera de encarar esta tragicomedia, podría decirse, con sutileza y algún que otro sacudón emocional como para no perder la línea. El guión de Alexander Payne junto a Nat Faxon y Jim Rash ahonda mucho en las relaciones entre los personajes, creando vínculos creíbles principalmente entre Matt y sus hijas, así como también como se desenvuelven estos tres personajes con el resto del elenco. La situación creada particularmente para la historia escrita por Kaui Hart Hemmings no podría ser más particular además: situada en las hermosas playas de Hawaii, la historia de esta familia inusual incopora a la trama el tema de la infidelidad y además, cómo lidiar con la familia y una decisión que puede cambiar las costas de Hawaii para siempre.
Sinceramente, tengo que empezar a explorar más el cine de Alexander Payne, porque lo que yo esperaba que iba a ser una película más del montón, carne de cañón para los Oscars, terminó emocionándome demasiado: Payne sabe como dirigir a su elenco, sabe como tomar las riendas de una historia triste pero a la vez esperanzadora, sabe como atraer al espectador, sabe qué es lo que funciona y lo que no, sabe no aburrir en 2 horas de metraje y, por sobre todo, sabe cómo construir una relación tan difícil como la de Matt y sus hijas y evolucionarla con todas las vivencias que tienen los personajes en su camino.
Todo el peso de la historia recae entonces en el elenco, un inspirado conglomerado de artistas que eleva el nivel del film enormemente. Al que aplaudo de pie es a George Clooney con una poderosísima actuación: pensé que el señor no sabía actuar y siempre repetía los mismos papeles, pero me dejó realmente impresionado por todos los recursos que utiliza para generar y transmitir emociones; todos los manierismos de su Matt King (como corre torpemente, las expresiones faciales, como habla) están correctamente coordinados para crear a un padre desesperado en toda regla. Imperdible. Pero también tengo que notar que el papel de Clooney no sería nada si no estuviese elevado al cuadrado por sus compañeras, las jóvenes Shailene Woodley y Amara Miller como sus respectivas hijas Alexandra y Scottie; ambas tienen momentos espectaculares en la película, y se roban varias escenas: Woodley tiene un momentazo bajo el agua que me dejó boquiabierto, y Miller está terriblemente bien dirigida para su escasa edad (y teniendo en cuenta que es su primera película) Al evolucionar la historia, poco a poco la química entre Clooney, Woodley y Miller es totalmente palpable y se siente como si de verdad fueran una familia.
Otros papeles a destacar son el de Nick Krause como el imposiblemente tonto amigo de Alexandra, Sid, quien tiene momentos hilarantes en el film, y la pareja compuesta por Matthew Lillard y Judy Greer, ambos correctos y muy maduros. Otro pequeño papel viene de parte de Beau Bridges en una parte pequeña y significante, pero no tan trascendental como el resto del elenco.
Los Descendientes es un soberbio drama con pintadas de comedia, con interpretaciones poderosas como la sorpresa de George Clooney en una historia sabrosa, simple y con valores. Difícil no enamorarse de los personajes, y el hermoso paisaje de las playas de Hawaii.
Calificación: A-