Los admiradores de los gatos siameses pueden tener una imagen muy diferente de estos gatos que la que tienen sus dueños: una actitud distante y huraña.
Una situación que ocurre a menudo es la de los dueños de los gatos siameses defendiendo a su mascota ante sus invitados: “¡Es muy cariñoso! No sé por qué actúa así“. Pero no te dejes engañar. La mayoría de los gatos siameses no son tan huraños ni están tratando de burlarse de su querido dueño.
Historia de los gatos siameses
Esta raza real, originaria de Tailandia (antes conocida como Siam), se pensaba que recibía el alma de una persona cuando un miembro de la familia real moría. En ese momento, el gato era trasladado a un templo, pasando el resto de su vida entre lujo, con monjes y sacerdotes como sirvientes.
En nuestras excavaciones de lujo de hoy en día, se hace evidente por qué los pueblos antiguos podían haber asumido que estos gatos tenían almas humanas; ellos tenían un vínculo muy fuerte, casi posesivo, con sus dueños humanos. Y como cualquier persona celosa, podían menospreciar a un invitado que estaba recibiendo toda la atención, por delante de ellos.
Para complicar el asunto está el aspecto llamativo de los gatos siameses. Con grandes orejas puntiagudas y unos profundos ojos azules, la cara de estos gatos es hipnotizante. Su cuerpo es musculoso pero delicado. Su elegante y delgada figura se ve acentuada por un corto y fino pelaje de líneas largas y afiladas que oscurece con la edad.
Conociendo a los gatos siameses
Probablemente estos gatos siempre están anhelando una atención y participación constantes por nuestra parte, por lo que lo mejor es prestarles mucha atención, incluso si no parecen interesados en un primer momento. Háblale dulcemente y dale un montón de caricias y mimos. Si eres el dueño, pídele a tu invitado que haga lo mismo.
Por supuesto que nunca debes hacer esto de una manera forzada. Es importante que tus invitados saluden a tu siamés de una forma no amenazante. El primer paso es hacer que tus invitados se sienten en el suelo o se agachen al nivel del gato.
Los gatos siameses se saludan entre ellos tocándose las narices. Tu huésped puede hacer algo parecido acercando su mano o un dedo a su nariz para que el gato la olfatee. En ese momento, dejar que el gato tome la iniciativa. Si él sigue frotando con su nariz, eso significa que está listo para las caricias y los mimos. Si no, lo mejor es intentarlo más tarde, ya que el gato está mostrando su sentido posesivo en beneficio de su dueño.
Comunicación de los gatos siameses
Y si el gato empieza a parlotear, considéralo un cumplido, no una señal de molestia. Esta raza es muy conocida por sus intentos de comunicarse vocalmente; son grandes habladores. El maullido puede sonar un poco áspero o como un aullido, pero esto es normal.
Incluir al gato en tus reuniones y hablar con él le ayudará a sentirse más integrado.
¿Y tú? ¿tienes un gato siamés?, ¿te parece que sea huraño?