Revista Opinión

Los indignados no trajeron la revolución (2)

Publicado el 19 mayo 2021 por Manuhermon @manuhermon
''Más vale ser Sócrates insatisfecho que loco satisfecho. El progreso moral viene de la insatisfacción ante el funcionamiento del mundo.''  Adela Cortina.
El 15-M es un movimiento, como tal heterogéneo, dentro del mismo hay sintonías diversas, a veces contradictorias, a cuyas acciones puntuales se incorporan miles de personas sin vínculos militantes, a manifestar su indignación, y cuyo funcionamiento estable mantienen vivo simpatizantes y militantes de muchos partidos y grupos de izquierdas, gente todos ellos que ha dirigido votos a sus listas. En Madrid recordamos que ha aumentado el número de votantes en las elecciones municipales 2011, han descendido abstención, votos nulos y blancos, por lo que la influencia de una parte del movimiento que defiende estas opciones ha sido muy pequeña.
La realidad que viven estos entornos de redes sociales distorsiona a quienes participan inmersos en ella, confundiendo a veces una parcela de realidad, con el conjunto de millones de personas que están jubilados, los que estudian, los que están parados, los que trabajan en fábricas, centros de trabajo y comercios, barrios, asociaciones y ONG’s, sindicatos y calles, bares y metros. La gente que está dentro del ‘hormiguero de internet’, como la que esté en un concierto de rock, son hooligans que piensan que todo el mundo está allí, y además es como ellos, pero hay otros muchos fuera, infinitamente más numerosos que los de dentro, muchos de los cuales ni conocerán a ese grupo. Otros conociéndolo, tendrán gustos diferentes. Confundir la realidad con los deseos es uno de los principales errores políticos, no querer verlo ni atender las señales cuando se manifiestan es un suicidio. Basarse en tópicos lleva al fracaso, por ejemplo, los trabajos del CIS, de cara a las elecciones generales de 2011, indicaban que las nuevas hornadas de jóvenes basculaban algo más a la derecha en su auto identificación en el eje izquierda-derecha, la incorporación de jóvenes votantes privilegian el voto al PP.
Mientras tanto la derecha lo tenía claro, aquel movimiento regenerativo correspondía al lado progresista, así que tocaba echar leña al fuego, lo manifiestan las portadas ‘La Razón’, ‘’15-M, 15 mentiras’’ ejemplos de la necesidad de regeneración democrática que necesita afrontar la derecha, en este caso, personificada en su director el Sr. ‘de que’, Marhuenda. Para ellos el 15-M incomoda, no sigue las reglas de la ‘buena educación’ que para estos señores consiste en callar todo lo que hacen las inmorales élites españolas, son culpables de montones de cosas, por ejemplo, de no dejar dormir tan panchos a gentuzas como aquellos que no critica ‘La Razón’. Para el periódico no existe el Sr. Divar ni la inmoralidad que representa ‘’un presidente del Tribunal Supremo capaz de endilgar gastos personales al erario público y que llama miseria, cuando la justicia que el administra puede castigar con una pena de prisión de hasta 18 meses a quien cometa un hurto de más de 400 €’’ S. Gállego-Díaz. Ni existen responsabilidades en el PP por la quiebra de BFA-Bankia –Caja Madrid y Bancaja- PP madrileño y valenciano, Blesa y Olivas, Rato y Aguirre…’’donde el PP colocó adecenas de amigos, familiares y militantes’’ S.G-D.
Para este periódico, los jóvenes pro Papa tienen derecho a llenar Madrid y sus plazas, apoyados con dinero público en transportes, locales de pernocta, subvenciones en bocatas y comidas… tienen derecho a las manifestaciones pro familia, o antigobierno socialista, con el cuento del terrorismo, pero aquellos que denuncian lo anterior no tienen derecho a ocupar los espacios públicos.Para este director los que se indignen porque ‘’el Estado español ha puesto hasta ahora para ayudar a la banca el equivalente al 11.5% del PIB…cuando según Ana Mato el presunto agujero de la Sanidad que ha impulsado los recortes más recientes es del 1.6% del PIB’’. J. Estefanía
‘La Razón’ es un medio de prensa del que existen serias dudas de que viva por sus cifras de negocio periodístico. Sus tiradas son difundidas gratuitamente en hospitales privados, universidades, otras instituciones y grandes negocios, lo cual es indicativo de su poca venta, a pesar de lo cual siguen manteniendo grandes tiradas ficticias. ¿Con qué dinero ejercen su apoyo al PP, al Gobierno y la Iglesia? Una parte del dinero procede de la Iglesia, romana. La Razón acusa a los indignados de ser: ‘’Antidemocráticos, antisistema, no han presentado herramientas para el cambio, de no defender a los comerciantes ‘los mayores sufridores de la crisis’, no son pacifistas, no se rebelan contra todas las injusticias, no son solidarios, no son apartidistas, no se organizan horizontalmente, no se rebelan contra toda impunidad, no representan a la mayoría, solo son inconformista porque les conviene’’.
Se entiende que los representantes de medios derechistas, defienden a los demócratas, siempre que no discrepen del PP; por supuesto los de derechas se rebelan contra toda impunidad, pero callan cuando afecta a cualquiera cercano a 'la paloma azul'; los de derechas son solidarios, representan a la mayoría, son inconformistas… ¡Esto es una mierda! Lo incomprensible es cómo estos jóvenes del 15-M se siguen comportando tan educadamente contra las provocaciones y agresiones de los poderosos, nada pacifistas. Porque todos nos preguntamos por qué estos machotes policiales nunca detuvieron a Blesa, Rato, Olivas y tantos prestidigitadores del dinero público. Lo incomprensible es que periódicos como ‘La Razón’ y sus gentes de derechas puedan soportar sin preguntarse por qué la poli no detenga a los corruptos y ladrones, esos antisistema y poco democráticos Mata, Camps, Urdagarín, Fabra o Barberá… y meta en la cárcel a jóvenes por cantar y agitar las manos. Y por señalar corruptos y defectos.
¿Nadie en la policía y gobierno se plantea donde puede conducir su escalada de violencia?, no es tan difícil percatarse de que, si pegan y detienen por estar sentado o agitar las manos, la próxima vez muchos harán algo ya que las consecuencias son las mismas. Cuando las penas asemejan el castigo por no hacer nada y sí hacer algo, fomentan hacerlo. La escalada de violencia se está alimentando gratuitamente desde las instancias de poder y desde los cenáculos derechistas. Ha pasado un año de aquella avalancha de indignación en la que confluyen tantas cuestiones, y tantas personas soportando cada motivo, no siempre los mismos, y muchas cosas se han escrito, muchas imágenes difundidas, muchas palabras, cada individuo tiene para elegir, resalto en la efeméride del año a modo de homenaje, una lucha en particular, la de aquellas personas enfrentadas contra la banca, contra uno de sus rasgos concretos, los desahucios. Luchas contra injusticias del sistema, por mejorar las condiciones de vida, por acercarse a sueños, existían antes del 15-M, como la vida misma; gentes de todas las izquierdas, partidos, grupos pequeños, anti sistemas, anticapitalistas, alter globalizadores, cristianos, socialistas, comunistas, ácratas, verdes, gais, lesbianas, sindicalistas, ONG’s, etc.
Mucho cambió hace un año aglutinando una realidad diferente, cuando además de los anteriores activistas, miles de personas en su mayoría jóvenes, pero no todas, se incorporaron a la indignación provocada por los poderes económicos y políticos; todos ‘confluyeron en Sol’ uniendo gritos y organizándose alrededor de una sola marca -15-M- A raíz de su abandono de la plaza se distribuyeron y asentaron por barrios y pueblos formando núcleos de gente solidaria con los débiles y dispuesta a la batalla contra las injusticias allá donde se hayan producido. Son muchas personas de latitudes diferentes, un mundo que, en parte, ya existía antes con poca luz y taquígrafos, sin atención de los medios de prensa, bajo las capas biempensantes de la sociedad, se movían con experiencias diversas, mas los nuevos, fueron integrándose todos juntos bajo los mismo nombres y la misma global indignación, formando grupos de barrio que al incorporar masivamente las nuevas tecnologías en los movimientos sociales se convirtieron en amplificadores de esfuerzos, solidaridad y estímulos para la lucha contra esta debacle sistémica que nos tocó vivir. Estos grupos de barrio y pueblo forman una de las esencias de la actividad del Movimiento 15-M.
(mayo 2012)

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