Nicolas Cage y John Travolta tienen sus dobles en estas fotografías tomadas en el siglo XIX y que son propiedad de coleccionistas de este tipo de imágenes. En la red, que aguanta casi todo, se escribió que el Sr. Cage era un vampiro que cambiaba de nombre cada setenta años, aproximadamente, aportando como prueba de ello el retrato en cuestión. Vampiro o no, el millón de dólares que pretendía obtener el dueño de la instantánea, era de curso legal y estaba alejado de los espíritus y de los licántropos, muy ocupados con la inmortalidad, pero bastante menos pragmáticos que este avispado coleccionista. La imagen no deja de tener su gracia.