Revista Cine

Los Juegos del Hambre, Sinsajo - parte 1: la cara de la rebelión

Publicado el 23 noviembre 2014 por Juancarrasco @JuanCdlH

¿Cómo se fabrica de la nada a un héroe de masas? En tiempos de crisis social, económica o de cualquier otra índole, el respetable ciudadano más jorobado que Quasimodo subido en un camello tiende a la irritabilidad y a apoyar fervorosamente a aquel que con cara de enfado y aspecto “casual” que rompa con lo conocido les comente vehementemente que va a encargarse de acabar con la tiranía/desvergüenza/injusticia/coloquen aquí el calificativo que quieran. Todo esto bien lo saben aquellos que se dedican profesional y vitalmente a manufacturar esa figura que el oprimido ansía seguir. Ello resulta bueno o malo según puntos de vista y pelaje del nuevo (que no último) Mesías, ahí no nos adentraremos, pero el caso es que se sigue a pies juntillas un protocolo de imagen y generación del mensaje con los tiempos bien marcados y que esta película convierte en el principal argumento del desarrollo de su trama.

Los Juegos del Hambre, Sinsajo - parte 1: la cara de la rebelión
La tercera entrega de la lucrativa adaptación de las obras de Suzanne Collins, para que nos entendamos la saga más potable del espectro “blanditoadolescente”, llega fracturando su interesante metraje para convertir la última parte de la trilogía en dos películas (como han hecho recientemente en otras sagas juveniles, la referencia Crepúsculo o la más extensa Harry Potter entre ellas, o como piensan hacer con Los Vengadores o Divergente) y sacar así más pasta gansa. Porque ellos lo valen. A quién narices le importa que la historia no sea tan compleja como para eso y haya que estirar y estirar hasta la extenuación del espectador y profundo sopor de quien suscribe con minutadas en las que pasa menos que en Alaska de madrugada… En octubre anunciaron que El corredor del laberinto serán, de verdad, solo tres películas: la noticia ya empieza a ser cuando no convierten tres en cuatro por arte de jeta.

En lo referente al reparto, Jennifer Lawrence, oscarizada pero igualmente atada al proyecto por contrato, interpreta nuevamente en esta cinta de transición a la heroína divina de la muerte, y es de justicia mencionar que se lo toma todo lo en serio que puede y que su tremendo potencial profesional le permite, con buenos resultados. También podremos tener la ocasión de dedicarle una última despedida al gran Philip Seymour Hoffman, fallecido durante el rodaje, cuyo guión tuvo que ser modificado para solventar este escollo. Julianne Moore, Josh Hutcherson, Liam Hemsworth, Woody Harrelson, Donald Sutherland o Stanley Tucci ejercen con simple corrección de piezas del tablero de este mundo futurista, oscurísimo y sicodélico. En lo que se refiere al global de las entregas estrenadas hasta ahora, es precisamente la forma de abordar la oscuridad de la ambientación desde la óptica del odioso canon establecido en los últimos tiempos para el público adolescente (que no es imbécil, sino apasionado y dominado por conocidos detalles en los que no nos adentraremos desde estas líneas) lo que se antoja agua y aceite. Por falta de contundencia si nos inclinamos hacia un lado, de delicadeza si nos inclinamos al otro, o de coherencia si pretendemos quedarnos en el equilibrio que diversifique para alcanzar el utópico y deseado “para todos los públicos”.

Dirección:
Francis Lawrence. Duración: 123 min. Género: Acción, ciencia-ficción. Intérpretes: Jennifer Lawrence (Katniss Everdeen), Josh Hutcherson (Peeta Mellark), Liam Hemsworth (Gale), Woody Harrelson (Haymitch), Elizabeth Banks (Effie), Stanley Tucci (Caesar), Julianne Moore (Alma Coin), Philip Seymour Hoffman (Plutarch), Jeffrey Wright (Beetee), Donald Sutherland (presidente Snow), Jena Malone (Johanna Mason), Sam Claflin (Finnick Odair). Guión: Danny Strong y Peter Craig; basado en la novela de Suzanne Collins. Producción: Nina Jacobson y Jon Kilik. Música: James Newton Howard.


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