Entrevista con Pere Lavega, investigador de los juegos tradicionales
Justo después del día de Reyes, en el que muchos niños han recibido regalos y juguetes, os traemos una entrevista con Pere Lavega, catedrático del Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña e investigador de los juegos tradicionales, que nos ha contado la relevancia que tiene el juego en el desarrollo infantil.
¿Cómo se originan los juegos tradicionales?
Los juegos tradicionales han estado presentes desde el mismo momento en que a cualquier ser humano le interesa relacionarse de forma agradable con los demás. Es decir, desde siempre.
¿Por qué corren peligro de desaparecer?
Los juegos tradicionales son manifestaciones que se realizan en condiciones muy concretas. Hay determinados juegos tradicionales que en una época se podían hacer en unas condiciones y adquirían mucho arraigo, y cuando esas condiciones cambian, se van perdiendo. Es decir, antes se hacía mucha vida en la calle o en la plaza, y ahora no. Cuando ese elemento que era clave ya no está presente, hace que se vaya perdiendo su uso cotidiano.
¿Estamos cambiando una manera de jugar por otra?
Hemos cambiado nuestra manera de jugar y de relacionarnos.
¿Tiene el juego un poder pedagógico?
La manera de jugar plantea una forma concreta de relacionarse. Además de la relación de competición que establecen por ejemplo los deportes, existen otras formas de interacción. Y ahí se refleja la riqueza educativa del juego, por la diversidad que ofrece en las relaciones interpersonales. Si los juegos tradicionales tienen algo en común, es esa ludodiversidad.
¿Qué caracteriza al juego tradicional?
El primer aspecto que activa un juego tradicional es el pacto democrático que adoptan los participantes al aceptar unas reglas de juego. Además, cada juego dispone de una lógica interna. Según esta, existen juegos donde se participa en solitario, otros establecen la cooperación entre dos o más personas, otros plantean la oposición entre jugadores o por equipos. Paralelamente existe una lógica externa o condiciones del contexto. Así, según la edad de los protagonistas existen juegos de niños, de mayores, o intergeneracionales; según el género identificamos masculinos, femeninos y neutros. Según las zonas, juegos callejeros, o de interior. A veces se juega con algún material del entorno, y otras veces no... Los juegos tradicionales implican prácticas diversas, vinculadas con la cultura local y que manifiesta múltiples maneras de relacionarse.
El juego es un derecho de los niños, ¿por qué es tan importante?
Las conexiones sinápticas y el crecimiento del cerebro se producen en función de las experiencias, que son vitales y que se realizan motrizmente, de forma consciente y agradable. Cuando jugamos lo pasamos bien, nos relacionamos con otras personas y aprendemos. El juego nos prepara para vivir la vida de una manera plena. Tan importante es comer como jugar y por eso tenemos que defender el derecho del niño y de la niña a activar el mecanismo del juego, disfrutando y compartiendo experiencias con otras personas.
¿Es el juego un medio para aprender valores?
Efectivamente, porque el juego conforma una sociedad en miniatura, un laboratorio vivo de relaciones interpersonales. En un juego sencillo como el balón prisionero, la persona está tomando decisiones, generando un conocimiento inteligente de adaptación, de una manera respetuosa con lo demás. Otro valor es que puedo decidir pasar a una persona para salvarla. A través del juego aprendemos a relacionarnos de forma empática. Cuando me hacen prisionero, tengo que contener mi frustración. El juego nos enseña a gestionar las emociones negativas y a evitar la tensión en las relaciones con los demás. Todo ello hace que el juego esté impregnado de valores y sea esencial para el desarrollo social de las personas.
¿El juego ayuda a transmitir la cultura y tradiciones?
Los juegos son manifestaciones sociales y culturales y reflejan rasgos de la sociedad que los ha creado. Si en una cultura encontramos que la mayoría de los juegos se desarrollan entre varias personas, podemos entender que esa sociedad da importancia a las relaciones interpersonales. Si como maestro utilizo juegos sociomotores colectivos, estoy enseñando a los alumnos a divertirse y a relacionarse como su cultura tradicionalmente lo ha hecho. Sin duda el juego funciona como transmisor de cultura y tradición.
¿Qué pasaría si desaparecieran los juegos tradicionales?
Creo que es imposible que únicamente se termine jugando a consolas, porque por nuestra condición biológica y social somos animales relacionales y es impensable que una persona desde pequeñito no se relacione con sus seres próximos. Esa situación no la imagino y no creo que sea posible.
¿A qué se dedica el grupo de trabajo de la UNESCO?
Desde mi grupo de trabajo propusimos una serie de medidas para salvaguardar el juego tradicional. La Unesco, sensible a todo esto, va a activar desde el juego una serie de buenas prácticas para que se atienda a necesidades del planeta, como son generar una educación que favorezca la paz, la convivencia democrática, el respeto, la diversidad cultural, la igualdad de género... Precisamente el juego tradicional es un vehículo para trabajar todos estos valores, que deberían estar presentes en todo el mundo.