Hace unas cuantas semanas, estaba tumbado sobre un mar de césped mirando el cielo y pensando sobre cómo iba a sortear centroamérica, cuyas tierras componen la parte que más miedo suele provocar a los mochileros. A lo mejor son todo prejuicios o pensamientos poco fundamentados, pero por desgracia, casi todo lo que nos llega sobre esa parte del mundo está relacionado con la muerte, la corrupción, los secuestros y un largo etcétera de cosas malas que parecen sacadas del mismísimo libro del Apocalipsis cristiano, y es normal que nos provoque unas pocas mariposas en el estómago (creo que acabo de darle a la expresión una nueva dimensión, mucho más interesante que la vulgar) a cualquiera que vayamos a pasar por allí.
Además de las ideas preconcebidas tengo motivos para sospechar sobre ese trozo del viaje. El tío que me asesora sobre esa parte, un colombiano muy simpático, no para de enumerarme listas de posibles "jugarretas" (por decirlo de alguna manera suave) que me pueden hacer y ojo, no son pocas, cada día recibo un e-mail con hasta 10 nuevas, flipo tanto que hasta estoy pensando en colarme en un laboratorio donde experimenten con arañas para ver si me pica una y me convierto en el nuevo Spider-Man, así seguro que podré pasar ese tramo con toda seguridad gracias al sentido arácnido (y si es junto a Mary Jane mejor que mejor).
Dejando el humor a un lado, se ve que hay mucho peligro y miseria por esos lares, pero también me da mí que está algo exagerado y la verdad es que no me da mucho miedo, debo de tener una especie de tumor cerebral pero a mí estas cosas no me infundan demasiados temores y pienso que la gente exagera mucho las cosas malas y suele ignorar las buenas, así que intentaré informarme mucho y poner todo mi conocimiento a la práctica cuando llegue por ahí. Pero bueno, esta entrada no iba a ir de eso, así que voy a ir retomando el tema principal.
Estaba yo pensando y mirando el cielo, como si de un buen hipster me tratara, cuando de repente, me cayó una pelota del cielo. La cogí y vi que era de un crío que estaba jugando por allí con su perra, así que se la devolví y aproveché para ir hacia mi casa. En el metro, vi una cosa que llamó mucho mi atención, había un hombre de avanzada edad leyendo un libro que se llamaba "Los Viajes de Júpiter" y su portada consistía en una foto de un tipo con una moto, este tenía un aspecto un poco desaliñado y con pintas de ser el vagabundo que yo seré en unos meses, así que cogí el móvil y miré en la wiki.
Últimamente me estoy aficionando mucho a leer libros sobre viajes y este parecía interesante por lo que la página más famosa de Internet me contaba , así que me bajé en Plaza Catalunya y fui directo a una librería para ver si lo tenían (maldito consumismo, a veces cuesta demasiado resistirse a un "shut up and take my money"). Tras esquivar a esos hombres que parecen que no están ahí para comprar un libro, sino para leérselo entero, llegué a la sección de viajes, cuyas estanterías son reconocibles desde la ventana de tu casa por el color de sus fabulosas, preciosas y completas guías Lonely Planet (Alerta! Peloteo y Spamm detectados). Y allí estaba, entre todas esas joyas de la Lonely, "Los Viajes de Júpiter" de Ted Simon, lo agarré y fui a la caja.
Al llegar a casa empecé a leerlo. Había acertado, era un libro que me iba a interesar mucho y que me serviría para seguir ganando motivación para el viaje. "Los Viajes de Júpiter" es una "novela" que nos narra la historia de la primera vez que alguien dio la vuelta al mundo en moto. En forma de casi diario, Ted Simon nos explica todas las aventuras que vivió subido en su Júpiter (la moto) mientras que viajaba por todo el mundo.
Es un libro que no es muy conocido pero que está muy bien, el autor tiene una mirada muy peculiar y ve la vida siempre desde un lado optimista. Es una de esas personas entrañables que a todo le ven lo especial y que también son, a su vez, una especie de imán que atrae situaciones fuera de lo normal. Esto hace que el libro sea algo más que un simple diario de viaje y lo convierte en una lectura muy recomendada para todos los públicos. Ted vive muchas aventuras y el libro es muy divertido y ameno, la escritura no es espesa y siempre estás deseando ver qué le pasará en la siguiente ciudad. Su viaje fue algo sensacional y da varios consejillos para sortear ciertas situaciones extremas, cosa que a mí me viene de fabula.
Pero hay algo que hizo que me gustara más de lo normal, algo por lo que se merece esta entrada del blog. Durante la lectura de este libro me sentía muy identificado con Ted, compartimos muchas cosas a parte del nombre. Es un tipo sensacional (como yo, claro), pero tiene un carácter que puede resultar muy extraño para los otros y complejo de conocer, algo que quizás no sea ideal para un viajero, el cual siempre tiene que intentar ser abierto y simpático para que los demás le ayuden, le acojan o le guíen.
No tengo demasiadas preocupaciones con lo que concierne al viaje, pero si tengo algún atisbo de duda que ocupe mi mente de vez en cuando es esta: mi carácter. Soy una persona un poco extraña y no soy el típico hippie que va por ahí viajando y declarando lo guay que es viajar, el vivir, el conocer otras culturas y demases cosas que para él tienen valor. Me gustan esas cosas pero pienso que no hace falta que lo diga en todo momento y demostrarlo hasta en la forma de vestir, sino que soy algo más reservado y si alguien no me causa una buena sensación no le voy a premiar con el mejor de mis saludos, y esto a lo mejor me trae algunos problemas a la hora de causar buena onda a algún camionero cuando haga autostop o al recepcionista de algún hostal.
Tampoco es que esto me preocupe excesivamente, confío demasiado en mí como para tener miedo sobre algo relativo a mi persona, sé que sortearé cualquier obstáculo, pero "Los Viajes de Júpiter" me ha servido para abandonar esa mini preocupación del todo y para ver cómo alguien parecido a mí tuvo éxito en una tarea similar, y esto último siempre ánima mucho cuando lo que vas a hacer no es algo fácil.
Me lo terminé en una semana más o menos, algo que tiene mucho mérito, ya que no tengo tiempo para nada y el leer me lo reservo para el metro y para alguna noche, así que el libro debe de tener algo y por lo tanto se merece una entrada del blog para recomendarlo. Así que ya sabéis, si queréis historias de viajes por el mundo, pilladlo.
Para despedirme quiero daros las gracias, en apenas 4 días he recibido 1000 visitas, cosa que no está mal teniendo en cuenta que no ha empezado la promoción oficial. Un saludo!