Una investigación desarrollada por investigadores de la Universidad de Viena, concluye que los bebés de padres mayores de 40 años serán niños más feos, aunque la parte positiva es que tendrán una mayor esperanza de vida. Estos resultados se basan en la vinculación de la edad paterna con las mutaciones genéticas, los expertos explican que las células implicadas en la producción de espermatozoides no copian el ADN de un hombre mayor con tanta eficacia como lo hacen en un hombre joven, esto provoca un incremento del riesgo de mutaciones genéticas.
La edad paterna guarda relación con la progresión de las mutaciones genéticas, así, a los 20 años de edad se establece una media de 25 mutaciones en los espermatozoides, a los 40 años de edad el número se eleva a 65 mutaciones y a partir de los 56 años de edad, el número se duplica. Los investigadores explican que algunos de estos efectos son bastante visibles, como es el caso del estereotipo de belleza. Un bebé nacido de un padre de 22 años de edad es entre un 5 y un 10% más atractivo que el bebé nacido de un padre de 40 años de edad y esa diferencia es mayor cuantos más años tiene el padre.
En cambio con las mujeres no ocurre lo mismo, la media de mutaciones se establece en 15 sin importar la edad, al menos así se constata en el artículo publicado en la revista científica Nature. Por el contrario y como explicábamos al principio, quizá ser menos agraciado estéticamente podría ser una ventaja, ya que los expertos aseguran que los bebés de padres mayores tienen una esperanza de vida mayor que los bebés de padres jóvenes. Parece ser que existen mutaciones en los bebés de padres más mayores en las que los telómeros o extremos de los cromosomas (regiones no codificantes del ADN) son más largos, algo que se asocia con una mayor longevidad.
Pero lo que realmente preocupa no son los resultados antes indicados, la principal preocupación es el incremento del riesgo de autismo en los bebés de padres mayores. Este es el principal factor por el que se recomienda advertir a los hombres para que inicien en el camino de la paternidad a una edad temprana, para reducir el riesgo de que los bebés sufran un trastorno de espectro autista. Como sabemos, en este trastorno influyen varios factores y lo que se pretende es reducir en la medida de lo posible todos aquellos que puedan estar relacionados con el autismo.
Ser padre a una edad avanzada plantea mayores riesgos para la salud de los bebés, el riesgo de autismo se incrementa en 3’5 veces en comparación con el riesgo en un bebé de un padre joven. Como explican aquí, esto es lo que realmente debe preocupar, ser más o menos agraciado físicamente es lo de menos.
Foto | Vladislav Gansovsky
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¿Los niños de padres mayores son más feos?