Dos horas y media de gala, dos docenas de premios y alegrías repartidas en la IV Edición de los Premios Gaudí, unos galardones que crecen a la misma velocidad que el cine al que representan: cada vez más internacional, cada vez más admirado, menos local. Ayer, en la gala, representación política de alto nivel (President de la Generalitat), institucional (Presidente de la Academia del Cine) y cinematográfica (de Juan José Ballesta a Icíar Bollaín pasando por Luis Tosar, Verónica Echegui o Marta Etura).
Ayer la gala fue un ejercicio nostálgico plagado de números musicales (unos más acertados que otros) en un decorado colorista con reminiscencias modernistas y ecos de la Barcelona del 92, veinte años atrás, cuando todos éramos más jóvenes, más felices, un tiempo en el que el verbo recortar sólo se utilizaba en la sala de montaje.
1. Una película "sin" Goya gana los Gaudí
"Mientras duermes", la gran olvidada de los premios nacionales fue la gran triunfadora de la noche de ayer: Mejor Película en lengua no catalana, Mejor Actor, Mejor Guión, Mejor Montaje y Mejor Sonido. Buen reconocimiento para uno de los (pocos) éxitos comerciales de nuestro cine.
2. Una película "sin origen" se lleva los otros Gaudí
"Eva", ejemplar ópera prima de Kike Maillo, fue la otra gran vencedora pues suyos fueron los premios al Mejor Actor Secundario, Mejor Fotografía, Mejores Efectos Especiales, Mejor Dirección Artística y, con controversia, el premio a la Mejor Película en lengua catalana. ¿Controversia? Sí, no eran pocos los que creían que la película debía competir en la categoría de "Mientras duermes" pues su idioma de origen es tan ambiguo como la inclinación sexual de ese cruce entre "Mrs. Doubtfire" y "Yo, Robot"encarnado por Lluís Homar.
3. Muchos recuerdos, muchas ausencias
Y por encima de todos, tres nombres: Jordi Dauder (Gaudí de Honor el pasado año al que Luis Tosar rindió un bello homenaje), Antoni Tàpies (fallecido horas antes del inicio de la gala) y Ventura Pons (con nueva película a punto de estreno "Any de Gràcia", cuya ausencia en la ceremonia fue objeto de repetidas burlas por parte de unos presentadores con espíritu Gervais).
4. Actores secundarios, actores de teatro
Vicky Peña ("Catalunya Über Alles") y Lluís Homar ("Eva") consiguieron los Gaudí a las interpretaciones secundarias. Dos bestias escénicas premiados por unos muy cinematográficos papeles. ¿Repetirá Homar en los Goya?.
5. Muchos aplausos, pocas ovaciones
O había frío en la platea o estábamos ante el público con más artrosis de cuantas ceremonias se han hecho. Los premiados recibían aplausos, algún grito de júbilo lanzado por parte de algún miembro del equipo, pero en ningún caso hubo una ovación cerrada. Es más, la platea sólo se puso en pie, después de algunos minutos de dudas, para rendir tributo al Gaudí de Honor de la noche: Pere Portabella. ¿Cuántos de los que aplaudieron serían capaces de nombrar alguna de sus películas?.
6. Discursos políticos, políticos crucificados
Mireia Ros ("Barcelona abans que el temps ho esborri") y el propio Portabella fueron las estrellas en este apartado. Una denunció la deriva de Barcelona, convertida en carne de postal, ciudad entregada a turistas que devoran sus monumentos como si de malas hamburguesas de cadena se tratase. El director se plantó con un discurso de 10 minutos sobre el futuro del cine, lúcido, didáctico y optimista que culminó con unos pasos de baile junto a una bailarina de Sol Picó.
7. El peligro de la televisión, la televisión en peligro
Gastada la palabra crisis de tanto usarla, afónicos de tanto protestar por los recortes, sordos los políticos ante una y otra cosa, ayer fueron muchos los que denunciaron el peligro que sufre la industria audiovisual si la televisión retira su apoyo. Las noticias son múltiples y ninguna es buena, ni la televisión pública ni la privada, ni la de pago ni la gratuita emiten buenas señales. Quieren reducir su aportación al cine y esa fue, sin duda, la historia de terror que unos denunciaron y a otros lleva semanas quitándoles el sueño. Y para decisiones cuestionables, la de TV3, que ayer en un clamoroso error decidió emitir la gala en diferido...obligando a los inquietos a enterarse de los premios por Twitter. El mundo está cambiando, el cine prevalece.