Desde hace un tiempo, Ediciones SM, una de las más importantes en literatura infantil y juvenil de nuestro país, se ha subido al carro de los cómics y la novela gráfica.
A la apuesta de adaptar los clásicos al público infantil y el bestseller Memorias de Idhún al juvenil, se suma ahora hacer lo mismo con la serie Gran Angular, que aborda temas de corte realista, interesantes para cualquier joven lector. De los cerca de 300 títulos publicados en esta colección se han elegido tres para convertir en cómic, en este caso de autores extranjeros: Como Lily, Inadaptadas y Regalo sorpresa, que saldrán con una primera tirada de 3000 ejemplares. Eso sí, los planes de la editorial son ampliar el catálogo poco a poco e incluir a autores nacionales.
Como Lily, de Derek Kirk Kim
Ilustrador: Jesse Hamm
Argumento: La vida de Grace se complica todavía más de lo habitual cuando, de pronto, aparecen en su instituto tres versiones de ella misma: a los 6, a los 29 y a los 70 años. Como si no tuviera ya bastante con soportar las constantes comparaciones con su hermana Lily, que murió de niña, ahora tiene que vérselas consigo misma.
Inadaptadas, de Cecil Castelluci
Ilustrador: Jim Rugg
Argumento: Como consecuencia de un atentado en Metro City, los padres de Jane deciden mudarse al barrio residencial de Kent Waters. Jane comienza a ir a clase en el instituto Buzz Aldrin y allí conoce a las que serán sus amigas y la ayudarán a realizar una serie de “gamberradas” artísticas por toda la ciudad, firmadas como P.L.A.I.N. (Personas que Loan el Arte Irreverente al Natural). Estas acciones están inspiradas por el cuaderno de bocetos de un muchacho que no ha sido identificado y que está en coma, víctima del atentado con el que comienza el libro y al que Jane visita en el hospital. Las “artistadas” de nuestras chicas traen loca a toda la ciudad, hasta que la policía detiene al culpable en Nochevieja.
Regalo sorpresa, de Mike Care
Ilustradores: Sonny Liew y Marc Hempel
Argumento: Dixie es coreana, vive en Los Ángeles y hasta hace poco lo que más le gustaba era el Hapkido. Exactamente hasta que ha conocido a Adam. Sin embargo, el interés de Adam por Dixie no tiene nada que ver con el romanticismo. Ella no se lo puede ni imaginar, y se ha gastado el dinero que le ha dado su padre para inscribirse en el torneo de Hapkido en un regalo con el que espera sorprenderle. Aún no sabe que la sorprendida será ella.