“Life is hard if you don’t know who you are.
It’s harder when you don’t know what you are.
My love carries a death sentence.”
Tengo pasión por las series de televisión; sobre todo si incluyen elementos extraordinarios. No me importa si es ciencia ficción, o fantasmas, vampiros y hombres lobo, ni zombies, superhéroes o alienígenas. Si a una buena serie le agregas un elemento sobrenatural, ya va a medio camino de tenerme como fan. Por supuesto, la palabra clave es ‘buena’ o al menos ‘no mala’, pero bueno, habrá que admitir que no hay demasiados productos malos –o productos demasiado malos– en esa área últimamente.
‘Lost Girl’ es una nueva serie canadiense, desarrollada por Prodigy Pictures, en asociación con Shaw Media y Showcase, de la que acabo de terminar la primera temporada, y que me tiene ansiosa esperando la segunda (por suerte Showcase ya anunció que la renovaría). Fueron solo 13 capítulos, pero me engancharon. Es diferente; sexy, atrevida y romántica a la vez, y me divertí mucho viéndola.
Para aquellos que pensaban que los vampiros son los seres sobrenaturales más sexis que existen, les presento a Bo, ‘súcubo bisexual extraordinaire’. Bo no tiene idea de qué es o de dónde ha salido, pero tiene la tendencia a matar a la gente cuando duerme con ella. Y yo pensé que tenía problemas....
Bo (Anna Silk) ha crecido creyendo que es una asesina en serie ‘involuntaria’; pero claro, tiene la tendencia incontrolable de matar a sus compañeros de cama, a veces después de un simple beso. Cuando mata a un violador potencial y salva a una joven llamada Kenzi (Ksenia Solo), sus habilidades la dejan al descubierto.
Lo que Bo no sabe es que ella no es un ser humano sino un súcubo, un ser sobrenatural que se alimenta de la energía sexual humana, y que pertenece al mundo de los Fae. La mayoría de los fae viven entre los humanos, disfrazando su naturaleza y nutriéndose de ellos. Los Fae están divididos en dos grandes grupos: la luz, quienes quieren convivir armónicamente con los humanos, y la oscuridad, quienes tienden a ver a los humanos como comida, y no amigos. Dyson (Kris Holden-Ried) es un detective de homicidios, capaz de transformarse en lobo, que pertenece al clan de la luz. Así es como se descubre la existencia de Bo, y como Bo descubre la existencia de los Fae.
Dada a adoptar la luz o la oscuridad, Bo, obstinada e independiente, se niega a unirse a uno de los clanes y su rígida jerarquía. Por ello, Bo se convierte en una renegada y tendrá arreglárselas sola, a la vez que busca la verdad sobre su misterioso origen.
La naturaleza de Bo la enreda en un triángulo romántico entre Dyson y Lauren (Zoie Palmer), una doctora humana empeñada en encontrar una forma de controlar el ‘hambre’ de Bo y permitirle relaciones que no terminen con la muerte de su pareja.
Anna Silk personifica a Bo. La actriz no es una belleza perfecta, y eso es muy bienvenido teniendo en cuenta su papel, pero tiene un magnetismo y carisma atrapantes. Es un personaje fuerte que me recuerda un poco a Buffy (salvando las distancias); es sexy y atrevida, y una ‘kick-ass girl’ de pies a cabeza. También voluntariosa y obstinada, dada a meterse de cabeza en la boca del lobo (sí, la de Dyson también).
El resto de los personajes principales está muy bien también: Kenzi es una side-kick encantadora, tiene esa inteligencia de la calle que los más privilegiados envidian; es caradura, ladrona y buscavidas, pero leal como pocas. Ella convence a Bo de establecer una especie de ‘agencia de detectives’ para aprovechar sus dones y su situación tan particular entre medio de humanos y faes.
Dyson, el lobo feroz, tiene una química volcánica con Bo, y las escenas de cama son ardientes. Es un personaje sobrio y fuerte (más le vale, para aguantar el ‘amor’ de un súcubo), que le da balance a la más volátil Bo. Otra vez los productores se inclinaron hacia una cara ‘no-bonita’, pero ufff, a mí personalmente me atraen más los hombres no perfectos que los Brad Pitts.
El único personaje que no me llegó es Lauren, la doctora; se pasa la mayor parte del tiempo haciéndole ojitos a Bo y poniendo cara triste, pero bueno, en un triángulo conviene tener tres lados.
Aparte de ellos cuatro, hay varios personajes secundarios interesantes, y nuevas especies de ‘faes’ que aparecen en los diferentes capítulos. Y aunque el mundo de los fae se descubre demasiado pronto (ya en el primer capítulo), la trama principal de la serie, quién es Bo y de dónde ha salido, va desarrollándose poco a poco. También vamos descubriendo de a poco ese mundo, sus criaturas y sus reglas.
Lost Girl es divertida y refrescante. Se aleja un poco de la ‘locura vamírica’ (aunque hay vampiros entre los fae), y trae un nuevo mundo para descubrir. También es refrescante en cuanto a las escenas para adultos. A veces hay mucha sangre y gore, ya veces no tanto, y las escenas de sexo son una cruza entre 'The Vampire Diaries' y 'True Blood', tanto en desnudos como en intensidad (pero bueno, la protagonista es un súcubo, que más se podía esperar).
Piénsenlo. Un show centrado en una protagonista impresionante, con un pasado misterioso, que necesita del sexo para mantenerse viva, y que se ve envuelta en un trio amoroso entre un hombre y una mujer; con una compañera divertida que siempre tiene algo gracioso para decir. Todo eso en medio de un mundo de seres sobrenaturales con habilidades y poderes mágicos...
A mí ya me enganchó, ¡estoy ansiosa por que empiece la segunda temporada!
“Life is hard if you don’t know who you are. It’s harder when you don’t know what you are. My love carries a death sentence. I was lost for years, searching while hiding. Only to find that I belong to a word hidden from humans. I won’t hide anymore. I will live the life I choose.”
EriSada