
Nadie de su entorno más cercano podía imaginarse que este joven de 21 años de edad fuera capaz de cometer semejantes crímenes, puesto que era una persona de lo más normal, aunque fuera expulsado del ejército brasileño por mal comportamiento. Actualmente, Luan Barcelos da Silva, cumple una condena de 124 años de prisión por los seis asesinatos y los consiguientes robos.
