En esta ocasión entrevisto a Lucio Sandín Sayago (Madrid, 1963), del que llevaba tiempo queriendo saber más sobre su interesante historia. Lucio es compañero nuestro y un conocido torero madrileño en la época de los 80 que perdió el ojo derecho en una desafortunada tarde en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla, en el año 1983. A pesar del percance y la lógica pérdida de capacidad visual, no abandonó los ruedos, de hecho volvió a torear escasos meses después. Finalmente se retiró tras sufrir un accidente de tráfico en 1992. Mientras estaba en el momento más álgido de su carrera taurina empezó a estudiar óptica y optometría en Madrid, aunque lo que realmente quería era ser piloto de aviones, cosa imposible dada su circunstancia. Actualmente se dedica a la óptica y la optometría, regentando su propia óptica en la ciudad de Barcelona.
— Bienvenido Lucio, y gracias por el interés mostrado en participar en esta entrevista. Lo primero, ¿de dónde le viene su afición a los toros y por qué decidió dedicarse profesionalmente al toreo?
— En casa siempre existió afición. Mi hermano mayor quiso ser torero. Iba a las Ventas todos los domingos con un abono de estudiante, andanada del 3.
En mi caso, cuando tenía trece años, se inauguró la escuela taurina de Madrid y me matriculé en ella, más por curiosidad que por voluntad de ser torero.
— Puedo imaginar que cuando uno sufre una situación de estas dimensiones, llegando a perder un ojo, y más siendo torero, se produce un shock tremendo. ¿Cómo fue su reacción? ¡Porque comentan las crónicas de la época que hasta quiso levantarse y seguir toreando!
— Existe un shock, cierto. Yo lo viví. No saber, por confianza que haya en uno mismo para realizar el esfuerzo necesario, si se volverá a torear, se hace muy cuesta arriba.
Dedicación exclusiva a adaptarme a la nueva situación visual, y preparación física, mental y taurina me permitió reaparecer en menos de tres meses.
— Su caso puede recordar al del torero jerezano Juan José Padilla, que perdió un ojo y siguió toreando bastantes años, aunque éste último lo hacía con un parche en su ojo en lugar de con un ojo de cristal como en su caso. ¿Cómo es torear con esa merma visual? ¿Qué capacidades visuales se ven afectadas?
— Creo que sus secuelas fueron peores que las mías. Mi primera intención fue no utilizar prótesis ocular, pero tres personas me dijeron que podría parecer que quería recordar al público cada vez que saliera a la plaza las consecuencias de esa cornada. Así lo acepté y entendí.
Dos capacidades visuales importantes se ven afectadas, el campo de visión y el sentido de la estereopsis.
«Afortunadamente todos tenemos pacientes-clientes que reconocen los resultados de nuestra labor, aunque a nivel social no estamos valorados»
— Durante la recuperación tras la cogida, ¿hizo alguna terapia visual, algún deporte o actividad que sirviera como tal para mejorar las capacidades visuales perdidas? ¿Funcionó?
— ¡Claro! Sobre todo con la estereopsis. El frontón de inicio me resultaba muy complicado. Así que pasé horas y horas yo solo jugando al Ping Pong frente a una pared. Palito con boli en la punta e intentar introducirlo en botellas en fila india a distintas distancias… eran algunos de los ejercicios de terapia visual que estuve haciendo.
Y… ¡funcionaron!
— Tengo especial interés en saber que le llevo a estudiar optica y optometría. ¿Cómo nace este interés? Por prensa he leído alguna vez que tuvo algo que ver la lesión ocular que sufrió. ¿Es cierto?
— Totalmente. Encarrilé mis estudios de BUP y COU para hacer aviación. Tras la imposibilidad de poder hacerlo por visión monocular, tres personas me aconsejaron estudiar óptica y optometría, y así lo hice.
— ¿En qué año empezó la carrera de óptica? Tengo entendido que la cursó durante la década de los 80, cuando más actividad tenía como torero profesional. ¿Cómo la compaginaba con la apretada agenda que se le presupone a un torero de tal nivel?
— Empecé en el año 1984. Compaginé los estudios con mucho esfuerzo, apoyo y comprensión por parte de casi todo el profesorado. Iba a clase sólo el primer trimestre, el resto del curso, al estar preparándome para la temporada, estudiaba con los apuntes de dos compañeros.
A pesar de ello, hice muy buenas amistades durante aquellos años de Universidad.
— Yo también estudié la carrera en la Complutense de Madrid, en San Blas, y siempre que tengo la oportunidad de hablar con algún antiguo alumno me gusta escuchar algunas de las historias de años atrás. Háblenos un poco de lo que más recuerde de su paso por la Escuela y de cómo era el barrio de San Blas en esa época.
— (Risas). Le llamábamos la cárcel, por la estructura interna. No era un barrio fácil, en aquella época más de un compañero sufrió violencia entre el metro y la escuela.
*Podéis leer más sobre el barrio de San Blas y la Escuela de Óptica en esos años en este artículo.
— ¿Qué es lo que le llevó a decidir dejar el mundo del toreo profesional definitivamente? ¿En qué año fue?
— En el año 1991 sufrí una cornada muy fuerte en Madrid que me tuvo un año sin torear, y al poco tiempo, en 1992, tras dos dos corridas de toros, tuve un accidente de tráfico que me tuvo ingresado, entre hospital y rehabilitación, 19 meses. Las lesiones y secuelas fueron serias, y fue en ese momento cuando decidí dedicarme a la óptica.
— Una pregunta que suelo hacer siempre a los entrevistados en el blog: ¿Qué opina de la situación actual de la óptica y la optometría en España? ¿Cree que es una profesión reconocida por la sociedad?
— Afortunadamente todos tenemos pacientes-clientes que reconocen los resultados de nuestra labor. A nivel social, no; somos tenderos que vendemos gafas y expendemos lentes de contacto y otros artículos. Es lo que hemos creado en este sector. ¿Los culpables? El sector mismo.
«Compaginé los estudios y el toreo con mucho esfuerzo, apoyo y comprensión por parte de casi todo el profesorado»
— ¿Qué es lo que más le gusta de la profesión de óptico-optometrista? ¿Le ha aportado algo que no le haya aportado el mundo de los toros?
— Los casos difíciles y la confianza del paciente. Son mundos distintos, pero todo aporta en la vida.
— Por interés ya personal, y dado que soy un gran aficionado al Flamenco, me gustaría saber de primera mano cómo fue la corrida en la plaza de toros de Badajoz (Extremadura), en el año 88, en la que toreó, junto con Curro Romero y Rafael de Paula, y en la que cantó Camarón de la Isla durante la faena. ¡Más arte junto imposible! Por otro lado, ¿es aficionado al Flamenco? Le he podido ver en alguna foto con Enrique Morente.
— ¡¡Síí!! Ese día me cantaron Camarón y Rancapino. Después de muchos años conviví con Camarón en Barcelona cuando él se estaba tratando de su enfermedad. Días inolvidables… un genio y ser excepcional. Un día le comenté que en una actuación suya le escuché un tema que no tenía publicado. Yo no entendía porque no se había publicado, ya que es la que más me llegó al alma. Recordaba parte de la letra y se la recité. Su contestación fue: «torero, es mi favorita, ésa queda para mí y para quién la aprecie». Cuando falleció, esta canción se publicó rápidamente (Lucio habla de la famosa canción de La Cigarra).
Y en cuanto a Enrique, uff, otro cantaor excepcional. De casta le viene al galgo, fui a escuchar a Estrella Morente en el Palau, en Barcelona… y se me pusieron los pelos como escarpias.
*En este vídeo se puede ver a Camarón cantando ese día en la plaza de toros a Curro Romero: https://www.youtube.com/watch?v=RqFOVHqPChg
En definitiva, que Lucio Sandín demostró que un problema visual grave no es un impedimento para torear, o para realizar alguna actividad que nos apasione y nos haga disfrutar de verdad.
Muchas gracias maestro, por su tiempo y por esta interesante charla.
Recortes de prensa/enlaces de interés:
Breve biografía de Lucio Sandín durante su carrera profesional como torero
Crónica del año 1987, en la plaza de toros de Utrera (Sevilla), donde pierde el ojo de cristal
Recorte de prensa del diario ABC del día que Lucio sufrió la cogida en la que perdió su ojo derecho
*Foto de portada: fachada principal de la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería. Ciudad de Sevilla (España)