Revista Cultura y Ocio

Luis Muñoz: ‘Limpiar pescado: poesía reunida’

Publicado el 16 febrero 2022 por Carlos Huerga @carloshuerga
Luis Muñoz: ‘Limpiar pescado: poesía reunida’

Este libro de revelador título, constituye [hasta la fecha, 2005] la poesía reunida de Luis Muñoz (Granada, 1966) en una edición revisada por él mismo. Una "Poesía reunida" supone para el poeta tener ya un cierto bagaje en su recorrido poético, y no va a ser menos en este joven pero importante poeta español.

Antes de pasar a comentar los distintos poemarios que configuran esta "Poesía reunida", quiero detenerme en el esclarecedor prólogo titulado "Transición", donde el poeta granadino revela no pocas "interioridades" de lo que constituye su poética personal. Desde la explicación del título, hasta alguna declaración de intenciones, el prólogo ayuda a comprender mejor su poesía, además de ofrecernos numerosas citas de otros poetas, conformando una especie de poética personal a partir de esas citas. Un prólogo sin máscaras ni equívocos.

Creo que tanto con dicho prólogo, como con los propios poemas, Luis Muñoz demuestra que es un autor muy personal, ajeno a generaciones y fórmulas del momento; con una poesía a medio camino, o que lucha, entre la emoción momentánea y el conocimiento. Destaca el equilibrio entre forma y contenido, empleando un lenguaje que tiende hacia cierta expresividad, y a la vez, buscando imágenes (a veces un tanto irracionales) que se ajustan precisamente a ese querer expresar, por medio de la mirada y la experiencia, pero llegando al conocimiento.

Su poesía puede llegar pronto en una primera lectura, es decir, parece una poesía de la emoción, pero si leemos los poemas una segunda vez, nos damos cuenta de que detrás de esa emoción hay toda una reflexión acerca de la realidad y de la relación del poeta con la realidad.

Destacan los cambios que han sufrido algunos poemas con respecto a los libros originales, y supresión o añadido de otros tantos textos, sobre todo en el libro Manzanas amarillas, como una manera de renovar su poesía, de actualizarla, confirmando su empeño en luchar contra el paso del tiempo, como veremos en sus diferentes libros.

Su primer poemario, titulado sencillamente Septiembre, es una mirada sobre el tiempo, donde ya advertimos una constante construcción de una voz personal. Miradas, fotografías, recuerdos; todo se funde con el paisaje veraniego que supone el final de una etapa, y por tanto, el principio de otra. Siempre con un tono sutil, medido, que sugiere: "No es más real, septiembre, que un recuerdo, / pero nombres que dimos por perdidos / recobran claridad, el aire que atraían / y el sueño en que resisten los veranos" (extraído del poema de mismo título que el libro).

En Manzanas amarillas advertimos ciertos cambios con respecto al libro anterior, si bien, no dejan de constituir una evolución coherente sobre lo que el poeta propone. Destaca el tratamiento acerca de la poesía como desvelamiento de la realidad ("En un poema de Mario Luzi", "El poema interrumpido") o el diálogo que el poeta entabla con la poesía como conocimiento, en "El arma cargada". El empleo de un lenguaje que siempre busca la imagen, a veces inquietante, se ajusta perfectamente a la propia realidad del poema, llegando un poco más allá de lo visible. La mayor parte de los poemas indagan en la temporalidad y la urgencia de las cosas, conformando así el sentido de la realidad o de lo que somos.

El apetito, como el propio poeta propone en el Prólogo, contiene poemas que desvelan la inmediatez de los sentidos: los amores perdidos, los encuentros y desencuentros, el deseo, la memoria. Las cosas "lo mismo pueden ser un alimento de dicha o de tristeza", porque nada hay certero ni evidente. Luis Muñoz siempre vuelve sobre los mismos temas que le preocupan, pero sin repetirse, pues en cada libro busca nuevas formas de expresión, de llegar al conocimiento de la realidad y del propio poeta.

Con Correspondencias, parece haber una mayor heterogeneidad que en poemarios anteriores, si bien, no dejan de ser variaciones distintas de todo lo recorrido en esos otros libros. El ritmo parece más intenso en estos poemas. Destaca el apartado "Seis retratos a lápiz" donde homenajea a algunos poetas importantes para él. En general, se trata de distintas visiones de la memoria, del paso del tiempo y de "qué cambia y qué no cambia, mientras tanto".

De los 5 poemas añadidos al final del libro, destaco "Culatra", un poema hermosísimo que contiene toda una visión de la vida contrastándola con el paisaje de esta isla portuguesa.

Luis Muñoz es un poeta con una voz que se busca a sí misma en cada poema, desvelando las suturas y los instantes de la realidad, siempre en alerta, pero a la vez asumiendo esa ley que impone el tiempo, una ley implacable, que no perdona, pero que concede siempre nuevas experiencias, mirando hacia atrás enfrentándose al presente.

(Reseña publicada originariamente en www.deriva.org en 2005).


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