Revista Cine
Lupita Tovar: 100 Años de Vida, su familia y el Oscar (Parte III)
Publicado el 15 noviembre 2010 por AtticusDiez años después que la mexicana Lupita Tovar abandonara su carrera cinematográfica en Hollywood, su hija Susanna comenzó la suya. Era 1955 y bajo el nombre artístico de Susan Kohner, su presentación en la pantalla grande sucedió con la Universal en un papel secundario de Regreso del Infierno / Regreso al Infierno (To Hell and Back, Jesse Hibbs, 1955), biografía de Audie Murphy, el soldado más condecorado en la historia de Estados Unidos tras su participación en la Segunda Guerra Mundial. El propio Murphy actúa interpretándose a sí mismo. Susan en esta cinta tenía 19 años, la misma edad que su mamá cuando llegó a Hollywood para hacerse estrella, y se había convertido en una señorita de tez morena muy atractiva para el público de los años 50’s. A continuación intervino en varios seriales televisivos hasta su retiro en 1964. Pero en esos escasos 9 años de carrera, logró lo que todas las actrices afincadas en Hollywood desean y pocas consiguen: hacerse con una nominación al Oscar.
Sólo que antes de ese gran suceso, Susan Kohner actuó en cintas como el mítico western La Ley del Talión / La Última Carreta (The Last Wagon, Delmer Daves, 1956), en el papel de hermana mestiza de Richard Widmark, una de las mejores películas del rubio actor, en la que también participa Felicia Farr; en otro western, El Sargento Hook (Trooper Hook, Charles Marquis Warren, 1957), compartió créditos nada menos que con Joel McCrea y Barbara Stanwyck; y en el drama juvenil Dino (Thomas Carr, 1957) fue pareja de Sal Mineo y Brian Keith; en televisión actuó en Alfred Hitchcock Presents, en el episodio titulado “El Retorno del Héroe” (Hershel Daugherty, 1958), junto a los franceses Jacques Bergerac y Marcel Dalio, y el ruso Vladimir Sokoloff, todos nombres de gran peso en el cine de la época.
Y entonces le llegó el papel de su vida: ser elegida como la joven “Sarah Jane”, la antipática hija de Juanita Moore en el clásico Imitación a la Vida (Imitation of Life, Douglas Sirk, 1959), elogiado remake de una cinta homónima dirigida en 1934 por John M. Stahl, adaptación de la novela de Fannie Hurst que habían protagonizado Claudette Colbert, Warren William, Louise Beavers, Rochelle Hudson y Fredi Washington.
En esta segunda versión, la más recordada de las dos, Lana Turner da vida a “Lora Meredith”, una actriz viuda en paro, que vive con su hija Terry Burnham en la ciudad de Nueva York. Un día conoce de casualidad en la playa de Connie Island a Annie (Juanita Moore), una mujer viuda de raza negra y a su hija mulata Sarah Jane, que acaban de llegar a la ciudad en busca de trabajo. El mismo día conoce a Steve Archer (John Gavin), un fotógrafo que se siente inmediatamente atraído por ella. Lora contrata como doméstica a Annie, y al paso de los años sus hijas (Sandra Dee y Susan Kohner) crecerán manteniendo como ellas, un gran cariño de una hacia la otra. Pero no todo es felicidad, ya que Annie deberá padecer los constantes desprecios de su ambiciosa hija, quien reniega de su herencia negra y lucha por sentirse blanca y por moverse a plenitud en el mundo de los blancos. Mientras que Lora mantiene una espaciada y larga relación con Steve, quien la ama sin interponerse en su camino, y cuando intenta hacerlo, habrá de comprender que nadie puede detener a un ser humano que ha descubierto el objetivo de su vida. Ella triunfa como actriz, pero descuida a su hija, que acabará enamorada del novio otoñal de su madre.
La última película del director alemán afincado en Hollywood fue el paradigma insuperable del melodrama, la culminación absoluta a una filmografía grandiosa, de un estilo y elegancias para captar emociones, sublimes. Imitación a la Vida es la obra maestra del melodrama de los 50, y quizá la peli más famosa de Douglas Sirk. Un filme estéticamente precioso, con una elegante fotografía, un guión folletinesco que Sirk sabe manejar con maestría para hablar de temas como el racismo, la ambición o la trastienda del mundo del cine. Lana Turner está muy bien en uno de sus personajes más famosos, pero quienes se roban la película son la indomable Susan Kohner y, sobre todo, una inolvidable Juanita Moore en el personaje más bondadoso de la historia.
En un hecho pocas veces ocurrido en el cine, ambas actrices fueron nominadas a los Globos de Oro y a los Premios Oscar en 1960, las dos en la categoría de Mejor Actriz Secundaria, únicas nominaciones que tuvo la película en estos dos reconocimientos cinematográficos. En los Globos de Oro y para el orgullo de sus padres, la vencedora de Susan Kohner, pero ya se sabe que en los premios de la Academia cuando dos actrices de una misma película compiten en la misma categoría, la decisión de los votantes se reparte entre una y otra, menguando así la oportunidad de ganar para alguna de ellas, y por eso la triunfadora de la ceremonia fue Shelley Winters, que conquistaba su primera estatuilla en esta categoría por su interpretación (destacada, pero no para llevarse el premio) de la “Sra. Van Pels” en El Diario de Ana Frank (The Diary of Anne Frank, George Stevens, 1959). Hay que recordar que en esa misma ceremonia, Artur O’Connell y George C. Scott competían en la categoría de Mejor Actor Secundario, ambos por la misma película, el clásico Anatomía de un Asesinato (Anatomy of a Murder, Otto Preminger, 1959), y quien ganó fue el británico Hugh Griffith por su encarnación del “Sheik Ilderim” en Ben-Hur (William Wyler, 1959), otra controvertida decisión.
Pero la ceremonia de los Oscares de ese año tenía otra película en competición protagonizada por Howard Keel y Susan Kohner, se trataba del filme bíblico El Gran Pescador (The Big Fisherman, Frank Borzage, 1959), producida por la Disney en formato panorámico y nominada en las categorías de Mejor Dirección de Arte en Color, Fotografía en Color y Diseño de Vestuario en Color, lamentablemente fue eclipsada ante los apartados técnicos de Ben-Hur y acabó perdiendo como las demás cintas en competición sus respectivas nominaciones. La cinta está basada en la novela de Lloyd C. Douglas y se plantea como una secuela de su exitoso libro “The Rope”. Howard Keel crea un emotivo retrato del apóstol “Pedro” al inicio de su ministerio, mientras que Ray Stricklyn interpreta a “Deran”, el hijo malvado del rey de Arabia que tiene un deseo malsano por la princesa “Fara” (Susan Kohner), cuyo corazón pertenece al “Príncipe Voldi” (John Saxon). Kohner y Saxon manejan una química muy creíble como dos amantes desdichados.
En 1959 Susan volvió a trabajar junto a Sal Mineo en The Gene Krupa Story (Don Weis, 1959), biografía del legendario baterista de jazz, donde ella interpreta a la novia del mejor amigo (James Darren) del músico, pero que termina enamorada de Krupa (Mineo). Posteriormente participó como hermana de George Hamilton en el melodrama Los Jóvenes Caníbales (All the Fine Young Cannibals, Michael Anderson, 1960), secundando a la pareja formada por Robert Wagner y Natalie Wood; y volvió a actuar al lado de Lana Turner y George Hamilton en el drama Brotes de Pasión (By Loved Possessed, John Sturges, 1961), en el que también actuaban Efrem Zimbalist Jr., Jason Robards y Thomas Mitchell.
Su última película sería nada menos que haciendo el papel de esposa de Montgomery Clift en Freud, Pasión Secreta (Freud, John Huston, 1962), drama biográfico sobre el famoso psicoanalista Sigmund Freud, que aquí es interpretado por el atormentado de Clift, en la que fue su última película americana. Por este filme, John Huston fue nominado al Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín; y la música y el guión original fueron nominados a los premios de la Academia, mientras que en los Globos de Oro la cinta se hiso con las candidaturas a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz (Susannah York) y Mejor Actriz Secundaria para Susan Kohner, logrando entonces la segunda nominación a estos premios. Posteriormente la actriz participó en un episodio de la única temporada de Temple Houston, serie de t.v. en 1963 que narraba las aventuras del hijo del legendario Sam Houston, el cual era interpretado por el sex symbol juvenil de la época, Jeffrey Hunter.
Terminaba así una breve pero exitosa carrera que había labrado en el cine la hija de Lupita Tovar y Paul Kohner, aunque todavía seguiría haciendo apariciones en seriales de televisión hasta 1964, año en que se casó con el diseñador de moda y piloto automovilístico alemán John Weitz, para dedicarse por completo al cuidado de su hijos: los ahora famosos directores Paul Weitz (1965) y Chris Weitz (1969).
En lo que respecta a Pancho Kohner, él comenzó a trabajar en el negocio del cine en 1971, cuando tenía 32 años de edad. Fue nada menos que como escritor, productor y director de la película El Puente en la Selva (The Bridge in the Jungle, 1971), basada en un relato de misterio de Bruno Traven, ubicada en un pueblo tropical de México, y donde actuaban figuras de la talla de John Huston, Katy Jurado, José Ángel Espinosa “Ferrusquilla”, Enrique Lucero, Jorge Martínez de Hoyos, Elizabeth Guadalupe Chauvet, el director Chano Urueta, Aurora Clavel y Eduardo López Rojas. Kohner no volvería a dirigir hasta cuatro años después cuando realizó su segunda y última película: Mr. Sycamore (1975), menospreciada por unos, alabada por otros, es la historia de un cartero (Jason Robarts) cansado de su aburrida y limitada existencia, de la gente que conoce y con la que vive, incluida su esposa (Sandy Dennis), así que un buen día decide que la solución a sus problemas es… convertirse en un árbol. Para ello, se enterrará hasta las rodillas en el jardín trasero de su casa, y esperará que la naturaleza le haga su metamorfosis… Jean Simmons y Robert Easton también están en el reparto de esta joyita de los 70’s. Y desde entonces Pancho Kohner no ha vuelto a dirigir, aunque siguió los pasos de su padre volviéndose un exitoso productor de cine y televisión. Entre sus trabajos en este rubro, produjo nada menos que 10 cintas de acción para el lujo de Charles Bronson, durante finales de los 70’s y años 80’s, la mayoría dirigida por J. Lee Thompson. Posteriormente cambió la violencia por la comedia familiar produciendo cintas de animación para t.v. sobre Madeline, el popular personaje de la niña pelirroja creado por el austrohúngaro Ludwig Bemelmans. En 1998 se hace una adaptación de acción real para la pantalla grande y Kohner también participa como productor. En Madeline (Daisy von Scherler Mayer, 1998), participaron Hatty Jones y la oscarizada Frances McDormand. Al año siguiente se volvió al formato de animación para Madeline: Lost in Paris (1999), y hasta ahí llegó la carrera del buen Pancho, pero lo que pocos saben es que siendo productor asociado de la serie animada de Madeline, fue nominado en 1989 para un premio Emmy de televisión, y en 4 ocasiones para el Premio Daytime Emmy, ganándolo en 2002 por la temporada de 1993.
No todo fue miel sobre hojuelas para la familia de Lupita Tovar. El 16 de Marzo de 1988 muere Paul Kohner en su casa de Los Ángeles, California. El mundo artístico perdía a un gran hombre a los 85 años de edad. Pocos días después la familia encargó al personal de limpieza de la agencia de representación hacer el aseo de la oficina de Paul para recoger sus objetos personales. En uno de los cajones de su escritorio se encontraron muy a la mano con las cartas de amor que hacía más de 60 años le había enviado la olvidada Mary Philbin, estrella del cine silente en los estudios Universal. En una de las pocas apariciones públicas que la veterana actriz realizó, la prensa la cuestionó sobre su sentir sobre este significativo hecho. Ella no aguantó el llanto y confesó que Kohner había sido el gran amor de su vida, y que esas cartas posiblemente eran las que ella le siguió enviando después de los penosos hechos que la orillaron a romper su compromiso en 1926. Mary, siempre una devota católica, nunca dejó de ir a la iglesia a la que sus padres la acostumbraron cuando niña. Sufrió de Alzheimer, pero pudo contemplar una puesta en escena del "Fantasma de la Ópera" de Andrew Lloyd Webber, con Michael Crawford como el misterioso protagonista. La original "Christine Daae" moriría de neumonía a los 89 años de edad el 7 de Mayo de 1993.
Todavía después de la muerte de su esposo, Lupita Tovar mantenía una casa en Cuernavaca, que compartía con sus familiares, y su sobrina mexicana Lucy Tovar, quien siguió la carrera de actriz tanto en el cine como en la televisión de México.
Sus nietos más famosos, los hijos de Susan y John, son los reconocidos directores y productores Paul y Chris Weitz, mismos que empezaron a trabajar como guionistas con Hormiguitaz (Antz, Eric Darnell, Tim Johnson, 1998), la popular cinta de animación computarizada de los estudios DreamWorks SKG; pero saltaron a la fama con su cinta debut como directores, nada menos que con el –ahora- clásico American Pie: Tu Primera Vez (American Pie, 1999), rescatadora de aquellas cintas de adolescentes con la hormona alborotada que tan de moda estuvo en los años 80’s. Se convirtió en todo un éxito de taquilla y elevó las carreras de Jason Bigs y el maduro Eugene Levy como su cómico progenitor. Y aunque al principio se hubiera pensado que las comedias gamberras serían la constante en la filmografía de estos guapos y talentosos hermanos neoyorquinos, transitaron hacia comedias más reflexivas como Un Chico Grande (About a Boy, 2002), con Hugh Grant, Toni Collette y el entonces pequeño Nicholas Hoult; cinta basada en la novela de Nick Hornby que les dio nada más y nada menos que a ambos y en colaboración con Peter Hedges, la nominación en la categoría de Mejor Guión Adaptado al premio del Sindicato de Guionistas Americanos, al premio del Círculo de Críticos de Chicago, a los premios británicos BAFTA, y como nunca lo creyeron posible, a los Premios Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.
Lupita se emocionó mucho cuando se enteró de la noticia: Su hija Susan había sido contendiente al Oscar en 1960, y ahora los dos hijos de ella eran nominados para el premio cinematográfico más importante en el mundo. Ella llegó a Hollywood en 1929, mismo año en que se efectuó la primera ceremonia del Oscar, y ahora, un premio al que era consciente nunca podría recibir, se acercaba por segunda vez a los miembros de su familia.
En 2004, Paul Weitz dirige en solitario la comedia En Buenas Compañías / Mi Nuevo Jefe (In Good Company, 2004), protagonizada por Dennis Quaid, Toper Grace y Scarlett Johansson. Igualmente se vuelve un éxito y le otorga a Paul la nominación al Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín. En 2006 dirige American Dreamz, comedia musical con Dennis Quaid, Hugh Grant, Mandy Moore, Willem Dafoe, Marcia Gay Harden y Chris Klein, que no obtuvo el éxito que se esperaba, así que se toma un receso para dedicarse a sus labores como productor, volviendo en 2009 a dar la sorpresa con El Circo de los Extraños: El Aprendiz de Vampiro (Cirque du Freak: The Vampire’s Assistant, 2009), mezcla entre cinta de fantasía y thriller juvenil adaptada de los libros de Darren Shan, contando entre su atractivo reparto a los juveniles Chris Massoglia, Josh Hutcherson, Jessica Carlson, Patrick Fugit, Morgan Saylor, con los más experimentados: John C. Reilly, Ray Stevenson, Ken Watanabe, Orlando Jones, Willem Dafoe y la bella estrella mexicana contemporánea Salma Hayek, como la mujer barbuda del circo de “fenómenos”.
Por su parte, Chris Weitz en solitario adaptó y dirigió La Brújula Dorada (The Golden Compass, 2007), sobre la novela fantástica de Philip Pullman, que contó con una gran presupuesto de New Line Cinema, y le permitió dirigir a cotizados actores como Nicole Kidman, Daniel Craig, Ian McKellen (voz), Eva Green, Christopher Lee, Sam Elliott, Kristin Scott Thomas, Katy Bates (voz) y Freddie Highmoore (voz). La película ganó el Oscar por Mejores Efectos Visuales, además de ser nominada por Mejor Dirección Artística.
Y si en 2009 su hermano Paul dirigió una película de vampiros, él no se quiso quedar atrás y acepta dirigir la segunda parte de la exitosa trilogía vampírica de la década, nada más y nada menos que: Luna Nueva (New Moon, 2009), continuación de la saga Crepúsculo que adapta las novelas para adolescentes de la ahora multimillonaria Stephenie Mayer. Las críticas en torno a la dirección de actores se dividen, pero rápidamente el filme se convirtió en uno de los taquillazos del año, consagrando de inmediato a los intérpretes del extraño triángulo amoroso formado por un vampiro, una humana y un hombre lobo depilado: Robert Pattinson, Kristen Stewart y Taylor Lautner.
El 2009 acabó con buenos augurios para el futuro de la carrera de los hermanos Weitz, quizá y algún día den la sorpresa de llevarse un Oscar, al menos el año pasado, si la Academia hubiera nominado a Un Hombre Soltero (A Single Man, Tom Ford, 2009) en la categoría de Mejor Película, Chris se hubiera hecho con otra nominación al fungir como uno de los principales productores de esta muestra de estética cinematográfica soberbiamente protagonizada por Colin Firth, nominado como Mejor Actor. Por lo pronto ambos hermanos han hecho inconscientemente homenaje al género vampírico que consagró a su abuelita en el Hollywood de los años 30’s. Y lo mejor para ellos está aún por venir.
Aunque pensaba que ya se habían olvidado de ella, en 2001 la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas invitó a Lupita Tovar a regresar a México para recibir el Ariel de Oro por su trayectoria artística en la entrega 43º del máximo premio cinematográfico en nuestro país. Era el año en que Amores Perros (2000), ópera prima de Alejandro González Iñarritu, ganaba el Ariel como Mejor Película y era nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera. Lupita asistió a la ceremonia efectuada en el Palacio de Bellas Artes y, emocionada, recibió un gran aplauso de pie por la comunidad artística mexicana que veía en persona a la protagonista de Santa (Antonio Moreno, 1931), la primera película sonora mexicana.
Años después, la actriz sería objeto de un homenaje por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas en Hollywood el jueves 7 de diciembre de 2006 en el Teatro Samuel Goldwyn, cuando Lupita junto al escritor e historiador de cine Bob Dickson, llevaron a cabo un coloquio sobre su trayectoria, proyectándose después el estreno de una nueva copia de Santa, con subtítulos en Inglés.
Actualmente su hijo, el ex productor y director Pancho Kohner, edita un libro sobre los 100 años de su madre, mismo que espera publicar a finales de este 2010, año en que se cumplen también 200 años del inicio de la Independencia de México, y 100 años del inicio de la Revolución Mexicana.
“Son las memorias de mi madre, son 100 años de vida increíble. Se habla de Oaxaca, Hollywood… Luego cuento lo de Europa, como la película de España. Después de Alemania, mis papás estuvieron en París. Mi papá fue primero productor, después agente de actores y directores. Hay 40 páginas escritas y 150 fotos y publicidad de todos los filmes”, explicó al diario Proceso. “Trata de la historia del cine: de Hollywood y de México, y la historia de ese siglo, como la Segunda Guerra Mundial; pero sobre todo, es una historia de amor, de mi mamá y mi papá. Desde el momento en que mis papás se vieron, se enamoraron. Estuvieron casados 60 años, mi padre falleció hace 22 años.”
En este centenario de su nacimiento, el gobierno actual de México y las autoridades del cine mexicano al parecer olvidaron por completo a la actriz, pues no hubo ningún homenaje importante, pero en Estados Unidos, donde ella radica, Barack Obama y su esposa Michelle le enviaron una carta para felicitarla por sus 100 años de vida. La misiva del presidente de Estados Unidos y su esposa dice:
La Casa Blanca
Washington
¡Feliz cumpleaños 100! Nosotros le deseamos los mejores momentos para esta ocasión.
Usted ha sido testigo de un gran hito en la historia de nuestra Nación, y su vida representa una parte importante de la historia de los Estados Unidos. Como usted ha podido meditar a lo largo de un siglo de recuerdos, esperamos que ello la llene de enorme orgullo y alegrías.
Felicidades en el día de su cumpleaños, y que usted disfrute muchos más felices años en su centenario.
Sinceramente
Barack Obama y Michelle Obama (rúbrica)
Ante esta distinción, la única sobreviviente de los inicios del cine nacional se ha mostrado sumamente emocionada. Ya lo dijimos una vez en EL EDÉN SIDERAL cuando recordamos el centenario de la alemana Luise Rainer y la estadounidense Gloria Stuart: las grandes estrellas del cine nunca llegan a vivir 100 años, y ellas al igual que Lupita, que no lo fueron, siguen aún vivas, existiendo.
Lupita tiene 6 nietos y siete bisnietos, aunque habrá otro en febrero próximo; está contenta de ver triunfar a sus descendientes en el medio en el que alguna vez lo hicieron ella y su amado esposo Paul. Cuando se le preguntó en una entrevista radiofónica si no echaba de menos la actuación, ella respondió:
“No lo he pensado mucho. Creo que en la vida una siempre está actuando. Sí, a veces, tú sabes, estoy en las noches a solas y comienzo a recordar, ¿cambiaría algo de mi vida? No. Haría exactamente lo que hice.”
THE END
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LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 13 julio a las 02:19
Mi madre platicaba mucho acerca de Lupita Tovar, hablaba mucho del cine de principios del siglo XX, del cine mudo de México y de EUA. Toda la familia escuchábamos con atención sus pláticas así que me convertí en un cinéfilo. He visto varias veces la película Santa de Lupita Tovar y me dejo fascinado con su belleza. Es muy interesante todo lo que se ha escrito de ella en este sitio y ha sido para mí un verdadero gozo leer acerca de este tema. Muchas gracias y felicidades a esa admirable familia TOVAR, Kohner y Weitz.