En casa, para desayunos o meriendas, es difícil que entre ningún tipo de bollería comercial,
por lo que magdalenas o bizcochos es habitual que estén en mi despensa.
Como cada maestrillo tiene su librillo, yo las hago igual que ella,
con la pequeña variante de meter la masa en el frigorífico un tiempo antes del horneado, pero el resultado, como bien comenta Mamen, está garantizado: esponjosas, con copete y exquisitas :-)
- 4 huevos
- 200 g. de azúcar
- 50 ml. del licor que guste (avellanas, ron, leche, etc)
- 50 ml. de zumo de naranja
- ralladura de naranja
- 200 ml. de aceite de oliva sabor suave
- 200 g. de harina de repostería
- 9 g. de levadura química
- una pizca de sal
- Batir los huevos, que estarán a temperatura ambiente, con el azúcar hasta que blanqueen y doblen su volumen.
- Añadir el licor, zumo, ralladura y el aceite suavemente para que no baje el volumen de los huevos, y mezclar.
- Tamizar la harina, levadura y sal e incorporar a la mezcla anterior, mezclando de nuevo suavemente.
- Meter la mezcla en el frigorífico durante 1 hora (puede guardarse de un día para otro).
- Sacar del frigorífico y rellenar las capsulas de las magdalenas hasta sus 3/4 partes.
- Colocar las capsulas de papel dentro de moldes rígidos de metal, y espolvorear con abundante azúcar, pepitas de chocolate, frutos secos, o lo que guste.
- Meter en horno precalentado a 220º y bajar la temperatura a 200º .
- Hornear unos 15 minutos, o hasta ver que ya están doradas, y al pinchar con una brocheta en el centro, ésta salga seca.
- Sacar de los moldes y dejar enfriar sobre una rejilla metálica.