Mientras tanto, en el mar de Joló
Malasia y Filipinas están a puntito de entrar en guerra por los legítimos derechos dinásticos e históricos que reclama una de las familias descendientes del Sultán de Joló. Esto así contado suena raro, si empezamos a escarbar ya suena rarísimo.
De nada.
A ver. Resulta que el sultanato de Joló comprende algunas islas del archipiélago de Joló y una zona pequeñita del norte de Borneo. Pequeñita en términos asiáticos: la región de Sabah comprende una superficie similar a la de Portugal (algo menos, unos 74.000 km2). ¿Cuál es el problema? Pues que si bien las islas están en Filipinas y el gobierno filipino pasa bastante del tema (tradicionalmente, el gobierno filipino pasa de todo), Sabah está en territorio malayo y el gobierno de Kuala Lumpur interpreta las reclamaciones del Sultán Jamalul Kiram III como una amenaza a su integridad territorial (la integridad territorial malaya es algo bastante delicado ya que se trata de un pais-contenedor).
Jamalul Kiram III. Al abuelo de este tipo lo visitaban los embajadores europeos.
A comienzos del mes pasado, el hijo del Sultán y unos cuantos colegas desembarcaron en Lahad Datu (Sabah) para hacer valer sus derechos sobre esa tierra. El gobierno malayo les estaba pagando una pensión de unos 1.000 euros al mes por las molestias que suponía su existencia al histórico sultanato. Creo que les han dejado de pagar porque Kuala Lumpur ha desplegado a su ejército en toda la zona y hay tiros. Esto en principio parece otro conflicto más que tienen los malayos, pero Manila se está quejando últimamente del modo de combatir de sus vecinos. Acusan a Malasia de entrenar y equipar al Frente de Liberación Nacional Moro, ya sabéis, el grupo terrorista más famoso de Filipinas. Malasia, por supuesto, lo niega. Como paisaje de fondo, está el millón de filipinos que viven en Sabah y que el gobierno malayo supongo que ve con preocupación. Yo al menos lo vería con preocupación: tienes a un millón de filipinos en una región de difícil acceso, cuya soberanía está comprometida y además te están acusando de respaldar a los terroristas que más filipinos han matado en la historia.
Como todo conflicto cuyo origen no está claro, hay más de dos bandos. Así, ya hay grupos que presionan al gobierno filipino para que proteja los intereses del sultanato. Por su parte, en Malasia no hay forma de obtener informaciones sobre el conflicto que no contengan grandes dosis de propaganda nacionalista (lo malo no es que haya propaganda, lo malo es que quien no publica la versión correcta de los hechos, le dan con un palo muy grande). Ah, y para acabar de completar el pastel, decir que por el medio hay armas de Gaddafi, tipos de Al Qaeda (todo es Al Qaeda)... y un poquito de petróleo. Nada, cuatro gotas.
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