Revista Arte

Maltrecha belleza

Por Felipe Santos

Maltrecha belleza

La ópera de Lille rescata la producción de Il triunfo del Tempo e del Disinganno que Krzysztof Warlikowski estrenó el año pasado en el Festival de Aix-en-Provence

Maltrecha belleza que el tiempo asedia. Dame ese instante bello que bien le valió a Fausto perder el alma y a Aschenbach la tranquilidad. Belleza eterna, Grande bellezza de las noches de Roma: qué hermoso oxímoron. Por esas mismas calles, no muy lejos del Coliseo, paseó Haendel la música de este oratorio destinado a la meditación sobre la belleza, el placer y el desengaño que casi siempre acompaña al paso del tiempo. Los cardenales que querían seguir dando oportunidades a los músicos que aparecían por la ciudad hallaron en esta fórmula la manera de regatear la prohibición papal de representar ópera. Uno de ellos fue Benedetto Pamphili, que procedía de una de las grandes familias de Roma. Fue el primero en fijarse en el talento del sassone, tal y como se conocía al joven músico en los mentideros romanos. Y decidió darle un viejo libreto escrito por él mismo, una alegoría que pretendía encaminar su moraleja hacia la búsqueda de Dios. Sigue leyendo en Nuestro Tiempo…

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