Como escribí hace un par de días, hay unos cuantos libros que quiero leer, uno de ellos es Into the Wild (Hacia Rutas Salvajes) de Jon Krakauer y se dio que mi primo lo tenía así que me lo prestó y ya lo estoy leyendo. El capítulo 4 comienza con un pequeño texto que me parece maravilloso y te transporta a lugares increíbles, así que no quería dejar de compartirlo.
“El desierto es un entorno de revelaciones, un lugar de una genética y una psicología extrañas, de una sensorialidad austera, con una estética abstracta y una historia cargada de hostilidad […]. Sus formas son audaces, incitantes. La mente queda presa de la luz, el espacio, la originalidad cinestética de la aridez, las altas temperaturas y el viento. El cielo del desierto es envolvente, majestuoso y terrible. En otros hábitats, la línea del horizonte se quiebra o se oscurece; en el desierto se funde con la bóveda que está sobre nuestras cabezas, infinitamente más vasta que la que se divisa en las grandes extensiones donde se despliegan campos y bosques […]. En este cielo panorámico, las nubes parecen más compactas y a veces la concavidad de su parte inferior refleja con magnificencia la curvatura del globo terráqueo. La angularidad de las formas terrestres del desierto confiere una arquitectura monumental a las nubes tanto como al mismo relieve […]. Es al desierto adonde se dirigen los profetas y los ermitaños, adonde van los peregrinos y exiliados. Es en él que los líderes de las grandes religiones han buscado los valores terapéuticos y espirituales del retiro, no para escapar de la realidad, sino para descubrirla.”
Paul Shepard, Man in the Landscape: A Historic View of the Esthetics of Nature.
Después de leerlo se me vienen a la mente imágenes como las del siguiente video, es imposible de manejarlo.