Un hombre lanza un camión contra una multitud en Niza matando a 80 personas. Estado Islámico reivindica la acción. Días después, un menor de origen afgano se lía a hachazos en un tren alemán, hiriendo a 19 personas. Francia responde a lo de Niza intensificando sus bombardeos en Siria e Irak. En el último bombardeo han muerto 164 civiles, tan inocentes como los de Niza y el resto de Europa. Luego cerramos las fronteras a los que huyen de la guerra. Ayer, un cura era degollado en una iglesia francesa.
Esta es la espiral en la que llevamos sumidos desde que un iluminado decidiera buscarle las cosquillas al imperio y otro iluminado decidiera comenzar la guerra contra el terrorismo. Vivimos en un ciclo sin fin de atentados que son respondidos con bombardeos que son respondidos con atentados que son respondidos con bombardeos que son respondidos... Creo que ya ha quedado claro que esta táctica no funciona. Es hora de probar nuevas estrategias, como cortar la financiación de los grupos terroristas. Pero eso no interesa. Vende más un bombardeo. Al fin y al cabo, no nos mueve la Justicia, sino la venganza.
En fin, mañana habrá nuevos bombardeos y nuevos atentados. La lucha contra el terrorismo continuará. Más, pero no mejor.