Por Bernardo Villar
Parece fácil y de verdad lo es. Tal vez no tenga sentido que venga a darte un manual, sin embargo, nunca se sabe; tal vez sea necesario que alguien publique una guía como esta por si alguien tiene alguna duda.
Vivir es sencillo, ¿verdad? Todo es asunto de respirar todo el tiempo, comer, tener una vida razonablemente sana, no ser demasiado estúpido como para ponerse en situaciones de riesgo y ya. Si no pasa nada raro, eso debe bastar para asegurarse una vida larga. Mas o menos, ¿no?
Pero bueno, eso es mantenerse vivo, del modo más biológico posible. Sobrevivir. ¿Será que eso basta?
Pues para ti que has pensado que sí, aquí te traigo el manual básico para continuar desperdiciando tu vida, hazlo tuyo y no te saltes ni un paso. Y claro, si se me ha pasado algo y tienes ideas nuevas, por favor, enriquece este artículo con tus comentarios.
- El dolor es malo, evítalo a cualquier costo. Evade todo lo que no te guste ver de ti o del mundo. Recuerda, tu comodidad está siempre por delante, no permitas que nada ni nadie venga a decirte de ti cosas que te duelen y con las cuales estás comprometido a no hacer nada. Todo el mundo sabe que si ignoras algo es como si no existiera. Tu mismo sabes que no va a desaparecer e incluso puede ser que crezca o se complique, pero ¡caray! tal vez esta vez funcione. No aceptes ver ni en broma nada que te haga sentir mal o que te duela, aunque te duela porque sepas que hay algo pendiente por hacer.
- Controla todo lo que ocurre. Esto es básico: no dejes que nada se te salga de las manos. Tu debes controlar todo y a todos. Por supuesto esto no se puede, pero no dejes de intentarlo. Te hará sentir al menos fuerte. Si vas a controlar, comienza controlando lo que sientes. Sentir es malo, porque algunas veces permitirte sentir va a ponerte en riesgo de que te duela algo. Así que ya sabes, en lo sentimental, a ponerse una coraza y controlarlo todo. El control es lo mejor que hay para evitar el dolor. Como ya te dije, no se puede controlar prácticamente nada de lo que pasa en el mundo, pero al menos hacer como que tienes el control te va a tranquilizar, y eso es lo que quieres, ¿no?: una vida tranquila.
- Ten siempre la razón. Si quieres tener el control y evitar que te duela el sentirte menos que los demás, la solución es tener siempre la razón. Por supuesto algunas veces tenemos la razón, es decir, estamos en lo correcto, pero no se trata de eso. No basta con tener la razón, se trata de que los demás no la tengan. Se trata de quedar bien haciendo que los demás queden mal, porque al final, no tengo la razón hasta que los demás me la dan. Hasta que los demás aceptan públicamente que yo la tengo, que yo sé más, que yo soy superior a ellos. Tener la razón no solo te da el control y evita el dolor, sino que !es bien sabroso! nada como la sensación de superioridad que da tener la razón.
- Luce bien. Tener la razón te apoya en este punto. Lucir bien todo el tiempo, quedar bien con los demás, conseguir su admiración. Que todo el mundo te admire porque siempre tienes la razón y siempre estás en control. Acuérdate de jugar para las gradas, lo que los demás opinen es fundamental para tu felicidad y para definir quién eres. Recuerda que tu valor depende del valor que los demás te den. No pienses ni en broma que tu valor depende de ti, esas son locuras de transformación. ¡Deséchalas ya!
- Siempre ten la excusa perfecta. Esto además requiere tener una mente ágil, pero bueno, si vas a lucir bien, tener la razón y estar en control para evitar el dolor, esto no debe ser difícil, ¿verdad? De hecho es la herramienta perfecta que hace posible los demás puntos. Con la excusa perfecta no dejas de lucir bien sin importar lo que hagas, con la excusa perfecta vas a tener la razón aunque no la tengas, con la excusa perfecta vas a tener el control aunque no lo tengas y por lo tanto, con la excusa perfecta vas a evitar el dolor de ver lo que no quieres ver si alguna vez por equivocación lo ves.
En estos cinco puntos podemos resumir todas las estrategias de supervivencia. Utilízalas para que todo siga igual. Tus resultados seguirán sin ser los que quieres pero vas a tener la excusa perfecta para tenerlos y así vas a evitar que te duelan, vas a lucir como un campeón todo el tiempo y tus relaciones continuarán del nabo, pero pues, no importa, lo primero es no perder el control para que no duelan, evitar ser vulnerables para no arriesgarte, justificarlos con la excusa perfecta y ante todo, lucir bien. Lucir bien no importa qué. Antes muerto que no lucir bien.
¿Te imaginas qué angustiante sería soltar tu necesidad de demostrar que tienes siempre la razón? ¿Qué tal si no luces bien y la gente te rechaza? ¿Qué pensaría la gente de ti si te muestras vulnerable, abierto, auténtico, amoroso, incluyente, arriesgado?
En un descuido y hasta podrías ser feliz ¿y entonces qué harías?