Manual de instrucciones

Afortunadamente Mi Camino de Vida viene sin manual de instrucciones, aunque reconozco que a veces me gustaría tenerlo.

Su ausencia incrementa mi creatividad y me exige estar mas atento a las cosas que me van sucediendo. Esa necesidad, me  eleva sin quererlo a la búsqueda continua de elementos para mi supervivencia en esta sociedad que me ha tocado vivir.

Entiendo que cada uno de nosotros ha creado su exclusivo manual, inducido quizá por sus propias experiencias, o quizá por la educación que a recibido de sus educadores o padres.

En estos preceptos cabe todo y son tan buenos como los de tus progenitores, hermanos, amig@s o ese  personaje al que idolatras.

Hay frases positivas, hay momentos, penas, risas, rencores, experiencias de todo tipo, hay personas, animales… Vivencias en general, que yo en particular, añado y clasifico en mi prontuario para de vez en cuando releerlo y/o anotar lo que va aconteciendo.

Creo somos tan dependientes, que necesitamos guías para todo, incluso para vivir, suena a risa, pero si profundizas en el sentido literal de la frase, es cierto.

Nos rodean por doquier, pensarlo, necesitamos saber, así que es más fácil leer, sin cuestionar nos siquiera su veracidad o efectividad. Ahora con las nuevas tecnologías, “San Google”  nos lo pone más sencillo, a un golpe de tecla, ¡¡Ta chán!! Tenemos acceso a miles de manuales de instrucción.

No eludo la eficacia de algunas directrices en particular, pero focalizar mi energía en su eficacia anula seguro mi don, como ser único que soy, para bien o para mal.

La vida entiendo ha de ser un ejercicio de libertad y esta está hecha para vivirla sin manuales predeterminados, por más que nos los impongan desde pequeños. El ejercicio  de vivir en si mismo depende de cada uno, no de un precepto escrito y dirigido hacía cada individuo para su aprendizaje.