Lo malo de hacernos muchas expectativas sobre un vino, es que nos podemos llevar un chasco muy grande.
En este caso, y después de todo lo que había leído sobre este vino de la mano de verdaderos conocedores como Joan Gómez, mis expectativas eran más que altas; así que cuando en una tienda online de reciente descubrimiento para mí (elSumiller.es) vi que lo tenían, no me lo pensé dos veces a la hora de hacerme con una botella. Y en este caso, las expectativas han sido más que superadas.
El Marcel Lapierre Morgon 2010 (AOC Morgon, tinto con crianza 100% Gamay noir à jus blanc, Marcel Lapierre) es un vino natural elaborado con uvas procedentes de cepas de una edad media de 70 años, con certificación de agricultura biológica. Vendimia manual, maceración semicarbónica sin adición de sulfitos y con levaduras indígenas y crianza de 9 meses en barricas, para pasar a ser embotellado sin filtrar y sin adición de azufre.
El vino viste un olor rojo rubí cristalino, de capa baja, no muy brillante pero si bonito. La nariz es tremendamente alegre, con gran presencia de la fruta roja ácida, hierbas de monte, punto mineral, olor a campo, a hojas frescas, a naturaleza. Pero si la nariz es deliciosa, en boca la cosa alcanza cotas de disfrute superiores. Fresco, vivo, frutal, acidez fantástica, punto de carbónico muy refrescante. Un vino sencillamente delicioso, que cuando lo probamos, mi otra mitad y yo exclamamos casi al unísono: "¡Joder, que bueno!".
Hay vinos de reflexionar, vinos de pensar y analizar, vinos serios y formales, y vinos como este, de simplemente disfrutar. Un vino de los que te ponen una sonrisa en la boca. Que debe estar fantástico mientras se está a la sombra de un roble escuchando el ronroneo de un río al fondo. De gozar con cada sorbo.
Marcel Lapierre ya no vive, las riendas de la casa las lleva su hijo Mathieu, que espero que siga con el buen hacer del padre y nos siga regalando con vinos como este.