Mary Poppins

P. L. Travers | Clásico | Disponible | Feos IV: Extras, de Scott Westerfeld POD, de Stephen Wallenfels Ecos. Historia de los cuentos borrosos, de Paloma Sánchez Ibarzábal

Cuando Mary Poppins aparece volando en casa de los señores Banks para ser la niñera de sus hijos, la rutina de esta acomodada familia inglesa, residente en la calle del Cerezo, cambiará radicalmente. Y es que Mary Poppins no es una niñera cualquiera…

“Supercalifragilísticoexpialidoso…” ¿Quién no lo ha cantado alguna vez? “Supercalifragilísticoexpialidoso, si lo dices con soltura sonará armonioso…” Sí, todos hemos visto la maravillosa película de Walt Disney protagonizada por una jovencísima, debutante y espléndida Julie Andrews (recordemos que ganó un Oscar de la Academia por este papel). Sin embargo, el origen del clásico cinematográfico se remonta a mucho antes de su estreno en 1964: concretamente a 1934, fecha de la publicación del primer libro de la serie de P. L. Travers. Las novelas nos narran las hazañas de un personaje extremadamente misterioso, a la par que educado y severo.

Mary Poppins fue, es y será uno de los personajes más carismáticos y reconocibles que ha dado la literatura juvenil. ¿Qué padre o madre no ha deseado que una Mary Poppins llegase volando con su paraguas de mango de cabeza de loro y le echase una mano con la educación de sus adorables diablillos? Todos los personajes resultan entrañables: desde la peculiar niñera hasta el cerillero Bert, pasando por los señores Banks y los niños Jane, Michael, John y Bárbara (estos dos últimos no fueron incluidos en la película). Las situaciones vividas son, además, desternillantes, y el estilo de la autora resulta elegante y, sobre todo, hipnotizante; será imposible parar de pasar páginas. Sin duda, una verdadera delicia literaria, digna de ser disfrutada por los más pequeños y por los no tan pequeños. Perfecta para leer en voz alta a hijos, primos, nietos o sobrinos.

Aunque se haya visto la película cientos de miles de millones de veces, como es mi caso, merece la pena leer el libro, ya que las diferencias entre ambos son infinitas. Tantas, que la propia Pamela Travers se disgustó sobremanera y prohibió a Disney seguir rodando películas sobre Mary Poppins.

Texto publicado el 06/12/2012COMENTARIOS