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Más del |10|

Publicado el 27 mayo 2013 por D10
Repasando algunas cosas de Riquelme:
1) El amague que hace con el cuerpo dejando correr la pelota, para ganarle un tiempo al marcador y llegar antes que él a ocupar el espacio con el pase. En este caso, el tiempo que había ganado se perdió en el toque que necesitó darle a la pelota para acomodarse.

Riquelme tiene muchos de estos recursos desde hace unos cuantos años, detalles que contagia en algunos compañeros, y que escasean en el fútbol argentino. Los del Barcelona también tienen amagues pa' todos los gustos.
2) El desgaste de la jugada es de Riquelme, presiona, obliga al arquero a apurarse, provoca el error, y después espera a que Martínez definiera o intentara un desborde. A cambio de eso, el burrito, en forma razonable pero equivocada, le devuelve la pelota.

Riquelme pretende que sus compañeros pensaran el partido como él, y muy pocos tienen la lucidez como para pensar en poco tiempo que es mejor no pasarle la pelota al jugador que vino haciendo el mayor desgaste en la jugada, a menos que hubiese quedado en una posición ideal para definir. Más vale una pausa, un desborde, o patear al arco.
Por este motivo, Riquelme a veces está más pendiente de adivinar qué hará el compañero antes que de lo que tiene que hacer él. Muchas son las ocasiones, como ya dije, en que después de una jugada, Riquelme queda en una posición ideal para definir, pero nadie le da pelota. Ejemplos hay muchos, pero uso la jugada que aparece al minuto 1:33 del siguiente video.

3) Durante el partido no entendí porqué el |10| había hecho tanto bardo en esta jugada cuando en caso de perderla, como lo hizo, dejaba mal parado al equipo y una interesante ofensiva para Ñuls.

Viendo el contexto, lo entendí claramente. Como muchas veces, por ejemplo contra Belgrano en el apertura 2011, en los momentos en los que el partido se pone conversado y el ruido general presiona al árbitro, Riquelme, previa llenada de cabeza al hombre de negro, sostiene la pelota, provoca la falta, y el referí tranquiliza al mundo con una amarilla o un penal. Esta vez no funcionó porque sus marcadores fueron más inteligentes que en otras oportunidades.

Lo curioso es lo mucho que vale una tarjeta amarilla rival en el fútbol argentino.
Y por último, algo que me quedó arafue del partido anterior, Corinthians - Boca. 
El árbitro había beneficiado tanto a Boca, pero tanto tanto,

que Riquelme pensó "A este solamente le falta devolverme un pase", y se la dio a Amarilla. El árbitro, como algunos de sus compañeros, no lo interpretó.

Nada, una pavadita nomás, no se lo tomen tan a pecho. 

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