
La última trampa es la famosa "si no te gusta, no lo veas", frase tan hueca como dañina especialmente por su aparente lógica y porque incentiva a evitar cualquier debate. Como si el disgusto fuese motivo para abstenerse de reflexionar. Pues no, no nos gusta, lo vemos, y decimos lo que pensamos al respecto. Aunque les encantaría que estuviésemos callados.

Tanto que hablan de mufa en el sentido cabulero, porqué no decimos que la verdadera mufa es la que reparten los intolerantes que no pueden disfrutar de nada por estar pendientes de lo que piensan, sienten, o dicen, los demás. Ni siquiera pueden festejar una copa del mundo, o la eliminación del odiado Brasil, sin fijarse en cómo reacciona el otro, sin tratar de extraterrestres a los demás. Y no es mufa que nos fuese a provocar grandes desgracias, simplemente perturba como los vecinos ruidosos.

Obviamente, cayendo en la trampa de Souto, saltando como láctico olvidado en el fuego, me dieron ganas de decir lo que pienso: Me gusta tanto el fútbol que para disfrutarlo no necesito esperar a conocer el resultado. Y no me importa si soy el único en ese obelisco mientras no quisieran obligarme a descolgar la bandera.

Ahora sí, a empezar la vigilia que mañana juegan unos cuantos buenos jugadores y sale campeón Argentina. Parece que formaría con Romero, Zabaleta, Garay, Demichelis, Rojo, Di María, Masche, Maxi, Messi, Agüero, Higuaín.