Puesto que podemos considerar el hecho natural de que un organismo acepta ciertos criterios como algo que tiene causas naturales (y no sólo "razones transcendentales"), podemos legítimamente preguntarnos si hay razones (del tipo que sean) para pensar que la causa natural por la que el bicho tiene esos criterios está conectada sistemáticamente con la validez necesaria y universal de los criterios. Si vemos que no tenemos razones para pensar que existe esa conexión, eso será un motivo para sospechar que tal vez no haya conexión entre la aceptación de los criterios (como un hecho fáctico) y su validez objetiva.
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Da igual, en realidad, que la teoría que tengamos sobre la causa de que fulano acepte ciertos criterios sea una teoría naturalista o sea una teoría metafísica. Tal vez fulano tiene ciertos criterios por un proceso de "participación" en el cielo platónico, con total independencia de lo que pasó con los genes de sus antepasados. La cuestión es que podemos razonablemente pensar que ese proceso de "participación" haya sido "chungo" en algunos aspectos, de forma que fulano, en vez de haber recibido una versión "homologada" de los criterios correctos, ha recibido una versión horrorosamente defectuosa, tan defectuosa que de hecho no hay ninguna relación entre su aceptación de los criterios y su validez (es decir, él está realmente equivocado sobre los criterios; tal vez ocurra, p.ej., que segun los verdaderos criterios estéticos que hay en el cielo platónico todo sea exactamente igual en términos de belleza, y se equivoca sistemáticamente quien piensa que hay cosas que son más bellas que otras).
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Lo que está en cuestión no es el hecho de si el criterio actúa como un criterio para el sujeto (es decir, que es aquello que le hace preferir una cosa a otra, o creer una cosa en vez de otra), sino sólo si el criterio tiene que tener validez universal para tener la capacidad de actuar como un criterio (que es lo que yo niego).
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2. ¿SON LOS PRINCIPIOS DE LA ESTÉTICA LÓGICAMENTE CONSISTENTES?
Naturalmente que puede haber criterios o "principios evidentes" que sean inconsistentes (tanto en sí mismos, como en relación a otros criterios); es decir, podemos descubrir que, siguiendo nuestros criterios, llegamos a contradicciones... Lo que a menudo nos dará una motivación para poner en duda algunos de nuestros criterios y sustituirlos por otros. P.ej., algunos principios usados tradicionalmente en matemáticas se vio que llevaban a contradicciones, y se tuvieron que abandonar (porque, ante el principio de contradicción, los demás principios ceden el paso). Lo mismo puede pasar con los principios morales y los principios estéticos, con la diferencia de que, al menos en la lógica y las matemáticas se ha analizado de manera bastante consciente el tema de la consistencia, mientras que saber si un conjunto de principios estéticos es internamente consistente o no, es algo que, por lo que yo sé, ni siquiera se ha intentado (y no tengo ni idea de por dónde cogerían los filósofos estéticos el problema para empezar a analizarlo). Lo que me hace sospechar todavía más de la universalidad de esos principios, ya que ni siquiera se tiene ni idea de si son consistentes o no.
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3. ¿PUEDE HABER PRINCIPIOS ESTÉTICOS DIFERENTES DE LOS NUESTROS?
Es una constatación empírica la de que, de hecho, los seres humanos experimentamos como belleza lo que percibimos (más o menos) como algo así como "combinación de orden y unidad". Tal vez otras especies encuentren como "belleza" otras combinaciones distintas de propiedades formales, y no sólo de esos elementos en distintas proporciones a como nos gustan a nosotros, sino también de otros elementos (algunos de los cuales a nosotros tal vez ni siquiera se nos ocurran, porque no hemos desarrollado una capacidad para captarlos, mientras que para ellos sean algo que salte a la vista, y por lo tanto, a ellos las obras de bach, si resulta que les falta justo esa propiedad formal que para ellos es tan importante para atribuir "belleza" a algo, resulte que son insoportablemente horrorosas).
Así que aquí tienes otro buen reto: demuéstrese que no pueden existir otras propiedades formales, distintas a las que a nosotros nos producen la sensación de belleza, que a otros seres racionales sí les producirían sensación de belleza.
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4. SORTEANDO LA FALACIA NATURALISTA.
¿Se puede reducir la normatividad a una historia biológica? Yo creo que sí se puede, en la medida en que sometamos el "debe" de la normatividad a una cura previa de desintoxicación metafísica. ¿En qué sentido "debe" el mandril sentirse atraído por el culo de la mandrila? El siente esa atracción como una fuerza normativa insuperable. Si hay un juicio-sintético-a-priori-imperativo-categórico para un mandril, es el de "vuélvete loco por un culo así". Para el mandril, no hay otro deber por encima de ése. (No será, tal vez, normatividad moral, como la normatividad estética o la humorística tampoco lo es; es pura y dura normatividad sexual).
Ahora bien, ¿qué nos dice la "historia factual" de la evolución de los gustos del mandril sobre la fuerza normativa de esos gustos? Pues, obviamente, que no tenemos ninguna razón para tomarnos "en serio" la normatividad mandrílica, es decir, como si tuviera en sí mismo importancia el que los culos de las mandrilas fueran "intrínsecamente" sexis. Si tenemos una explicación causal de por qué los mandriles experimentan esa normatividad, y esa explicación causal no requiere la presuposición de que lo que experimentan los mandriles como normativo es intrínsecamente normativo para cualquier sujeto racional, pues entonces el problema es de los mandriles, no nuestro: su normatividad (en la medida en que algún mandril platónico piense que la forma del culo de las mandrilas "es la que tiene que ser objetivamente"), es decir, su interpretación "realista transcendental" de esa normatividad, será una ficción; naturalmente, lo que no es una ficción es el hecho natural, tan objetivo como cualquier otro, de que los mandriles se sienten atraídos por ese tipo de culos, y no por los que son parecidos a los de las leonas o a los de las humanas.