Masajear a un gato le proporciona varios beneficios para la salud; también afecta positivamente a tu propio sistema inmune, a la vez que reduce tu presión arterial y refuerza tu vínculo con tu mascota. Masajear a tu gato de forma periódica también te enseña sobre el estado normal de su cuerpo, por lo que podrás detectar bultos u otros cambios en su cuerpo desde el principio.
Beneficios terapéuticos de masajear a un gato
El masaje es ideal para el tratamiento de la artritis, la enfermedad inflamatoria intestinal, la diabetes, las enfermedades hepáticas, las enfermedades renales y muchas otras.
El masaje mejora la eliminación de toxinas, así como la circulación de la sangre, la linfa, los nutrientes y el oxígeno hasta los tejidos del cuerpo, estimulando la cicatrización y previniendo lesiones. El masaje también estimula el sistema nervioso parasimpático, lo que favorece la relajación. Se ha demostrado que aumenta de forma segura los niveles cerebrales de los neurotransmisores dopamina y serotonina, que favorecen el “sentirse bien”, a la vez que reduce las hormonas del estrés, el cortisol y la adrenalina. ¡El masaje también es ideal para calmar a los gatos miedosos!
No debes masajear a tu gato si tiene fiebre o está en estado de shock o con vómitos. Se debe evitar una sesión de masaje cuando tu gato tenga heridas, erupciones, infecciones en la piel, tumores y nódulos. Y ten en cuenta que el masaje no sustituye a una atención veterinaria adecuada.
Prueba esto a la hora de masajear a tu gato
- En primer lugar, ofrece a tu gato agua fresca. Beber antes y después de la sesión ayuda a eliminar toxinas.
- Lávate las manos, apaga las luces, pon música relajante y poneros cómodos tu gato y tú. Cierra los ojos, respira hondo y exhala lentamente, dejando de lado todas tus preocupaciones. Disfruta de este tranquilo tiempo de relajación. Mantén la respiración lenta y relajada.
- Una vez que tu gato se sienta cómodo, acaríciale desde la cabeza hasta la cola un par de veces. Frota suavemente sus sienes y los lados de la cabeza. No apliques presión; sólo un masaje simple en cada sien será suficiente.
- Comienza trabajando los hombros y el cuello de tu gato. Al masajear los hombros de tu gato, te darás cuenta de que hay una zona hueca entre y debajo de los omóplatos. Trabaja estas áreas suavemente, con movimientos circulares suaves, lentos, continuos y aumentando lentamente la presión.
- A muchos gatos les encanta que le acaricien la espalda con un simple movimiento que va desde la cabeza hasta la punta de la cola, así que haz esto unas pocas veces. A continuación, realiza suaves movimientos circulares a lo largo de su espalda junto a su columna vertebral. Pon mayor atención en la parte superior de la espalda, ya que la mayoría de los gatos prefieren no que no les toquen mucho la espalda baja y las caderas.
Observa siempre el comportamiento de tu gato y ajusta el contacto con él en consecuencia. Masajea ambos lados del cuerpo de forma equilibrada. Las orejas contienen muchas terminaciones nerviosas y puntos de acupuntura alrededor de la base y en las puntas. Masajearlas alrededor de la base haciendo movimientos circulares con los pulgares proporcionarán a tu gato un efecto calmante.
- No utilices aceites de masaje ni lociones. Sé muy cuidadoso con estas cosas para evitar causar cualquier daño a tu gato.
Las primeras veces que masajees a tu gato, puede que se sienta inseguro e incluso intente morderte. Prueba con sesiones cortas de forma regular, y pronto se tumbará delante de ti esperando un masaje.