Revista Cultura y Ocio

Máscaras de la mentira – El nuevo desorden de la posverdad

Publicado el 18 enero 2019 por Imosver

El ensayo de Raúl Rodríguez, Máscaras de la mentira, no se enfoca en la esfera pública y en la conversación política; su foco se centra en la ficción, la cual no siempre se presenta como tal, sino que las presentan jugando con la ambigüedad de forma que persiguen diversas variaciones de la interrupción del entendimiento.

Una de las interrogantes que fórmula el autor y que llama más la atención es sobre si el deterioro del concepto de verdad, ha logrado modificar el concepto de la mentira.

Máscaras de la mentira – El nuevo desorden de la posverdad
En este libro no se aborda la posverdad, sin embargo en el inicio se habla sobre ella. Un término difuso y discutible, mientras que se resalta mediante una cita de Hannah Arendt que la verdad tiene un elemento de coacción, déspota y paralizador y por su parte, la mentira busca persuadir. La mentira es capaz de traspasar al pasado, la vulnerabilidad del presente otorgando todo su potencial.

El libro expones que la posverdad es criticada por sus efectos dentro de las democracias, ya que resta la idea de verdad fáctica y consigue aportar dificultad al debate de la sociedad. Sin duda alguna, es determinante la intención del emisor del mensaje, pero no se debe olvidar la recepción del mismo, más en una época dónde existe un enorme flujo de información y surge la preocupación por la transparencia.

Rodríguez Ferrandiz menciona a varios creadores dentro de su ensayo. El objetivo analiza de forma llamativa a todos ellos y sus obras, las cuales alimentan la confusión del individuo.

Máscaras de la mentira resulta un ensayo llamativo, interesante, con distintas referencias importantes y un toque de honestidad que sin duda alguna, proporcionará al lector herramientas para reflexionar sobre algunos conceptos que creemos tener asimilados.

Este libro trata sobre la mentira y sobre algunos de sus parientes: el  fraude, la falsificación, el disimulo, el error, la ficción, la ironía, el secreto, la conspiración. No se pretende hacer una moralina  ni tampoco lo contrario, una especie de apología de la mentira. Se trata de ponderar ciertas mentiras, porque en esta era de la llamada posverdad no sabemos muy bien qué lugar le cabe a la mentira, si la mentira ya no es lo que era.
Se abordan desde ejemplos de la política de la posverdad (las fake news y los “hechos alternativos” de la administración Trump) al Ecce Homo de Zaragoza o las novelas de no-ficción del Nuevo Periodismo, desde la obra literaria y ensayística de Umberto Eco, que tienen la mentira como eje vertebrador, hasta la obra, no menos mentirosa, pero fotográfica, de Joan Fontcuberta. Desde los falsos documentales a las películas y series de TV “basadas en hechos reales”. Desde los reality-shows y el postureo en las redes sociales a los secretos desvelados bombásticamente por WikiLeaks.
La mentira es una labor de la inteligencia, una sutileza del espíritu,  demuestra cualidades persuasivas, narrativas, incluso gestuales, de performance, muy eminentes. La posverdad es un exabrupto que parece salir de las entrañas, que hace gala de una sinceridad políticamente incorrecta, cuando es una muestra de zafiedad, de mala educación, además de ser mendaz. La posverdad es la banalidad de la mentira, por parafrasear a Hannah Arendt.
Hay, pues, mentiras y mentiras. Como el artificiero que desarma un explosivo, como el responsable médico de una misión interestelar en plena autopsia del cadáver de un alienígena, podemos sentirnos decepcionados y hasta avergonzados por la simpleza del mecanismo o interesados y hasta admirados por su refinamiento.


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