Al igual que los seres humanos y otros mamíferos, los perros que amamantan a sus crías pueden desarrollar mastitis, una infección bacteriana dolorosa y potencialmente peligrosa de las glándulas mamarias.
La mastitis en los perros
Afortunadamente, la mastitis no es un problema común en los perros, a pesar de que es más probable que la contraigan que otros animales, como los gatos. Por lo general sólo se da en hembras lactantes.
La mastitis es una infección bacteriana de una o más glándulas mamarias. Puede ser causada por una infección en la apertura del pezón, por un traumatismos en la glándula mamaria o por una infección que se propaga a través del flujo sanguíneo.
Debido a que el traumatismo es a veces un factor, los perros con patas cortas, tales como Dachshunds y Corgis, pueden ser más propensos a la mastitis debido a que sus pezones tienen más probabilidades a chocar con las superficies. Sin embargo, el traumatismo de la glándula mamaria de cualquier perro puede ocurrir a debido a la lactancia.
Otras causas de la mastisis pueden ser la falta de higiene, un traumatismo en las glándulas mamarias infringido por las uñas o los dientes de los cachorros o una infección sistémica con origen el algún otro lugar del cuerpo.
Además de estos factores de riesgo, se cree que la mastitis es también más común en las hembras lactantes mayores.
Síntomas de la mastitis en los perros
Si tu perra acaba de dar a luz a una camada, es natural que te centres en las nuevas crías. Sin embargo, es igual de importante que supervises también a la madre. Debes tomar su temperatura diariamente durante las dos primeras semanas después del parto. Si la temperatura supera los 39,7 grados, llévala al veterinario.
Otras cosas que debes observar atentamente son:
- Las glándulas mamarias están dolorosas, duras, hinchadas o liberando un fluido cálido parecido al pus
- La madre evita amamantar a sus crías
- Los cachorros parecen hambrientos o desnutrido
- Cansancio anormal (letargo) en la madre
- Pérdida de apetito y deshidratación en la madre
Diagnóstico y tratamiento
Si sospechas que tu perra tiene mastitis, llévala al veterinario de inmediato. Si no es tratada, esta afección puede provocarla un shock séptico, o incluso gangrena en las glándulas mamarias. En la clínica del veterinario, la perra será sometida a un examen físico, junto con un análisis de líquidos, un análisis de orina, un conteo sanguíneo completo (CSC) completo o un cultivo bacteriano. A menudo, el veterinario puede hacer un diagnóstico basado en el examen físico.
Si tu perra tiene mastitis, necesitará tratamiento con antibióticos, además de la aplicación de compresas con agua caliente en las glándulas mamarias con el objetivo de mantenerlas limpias y despejadas. También puede ser necesario el vaciado de las glándulas mamarias.
Si la infección mamaria no es demasiado grave, a los cachorros de tu perro se les podrá permitir que continúen mamando (esta es la opción ideal, ya que es mejor para la salud de la madre y de loscachorros), a menos que las glándulas contengan tejido muerto o la madre se encuentre sistemáticamente enferma y la lactancia no sea segura para ella o los cachorros.
En los casos agudos de esta enfermedad, es posible que necesite una mastectomía, dependiendo de cómo ha progresado la infección. También debes dar a sus cachorros suplementos nutricionales para garantizar que se están cumpliendo sus necesidades alimenticias. El veterinario decidirá si tu perra debe continuar amamantando a sus cachorros.
Gestión de las perras con mastitis
El pronóstico de una perra con mastitis es bueno con tratamiento. Habla con tu veterinario acerca de una dieta adecuada si tu perra consigue amamantar a sus cachorros. Sin embargo, si la perra no progresa lo suficiente como para cuidar a sus crías por su propia cuenta, necesitarás criarlos tú mismo, lo que requiere un compromiso considerable por tu parte. Tu veterinario te podrá dar recomendaciones en cuanto a los mejores métodos para alimentar a los cachorros.
Cómo prevenir la mastitis en los perros
Debido a que la mastitis ocurre generalmente en hembras en periodo de lactancia, la mejor prevención es asegurarse de que tu perra esté esterilizada – especialmente si es posible realizar el procedimiento antes de su primer celo. Si tienes una perra en periodo de lactancia, asegúrate de que su ropa de cama esté limpia, comprueba sus pezones diariamente para detectar posibles signos de infección.
Además de mantener limpia la zona de las glándulas mamarias, afeitar el pelo existente a su alrededor puede prevenir la reinfección. Adicionalmente, recortar las uñas de los cachorros para evitar arañazos en la piel de la madre y asegurarse de que todas las glándulas mamarias se utilizan para amamantar también puede disminuir el riesgo de infección.