Revista Cultura y Ocio
¿Os gusta viajar? A mí me encanta. Lo hago mucho menos de lo que quisiera pero siempre estoy pensando en lugares que me gustaría visitar y voy apuntando los sitios que no se me pueden pasar. Por ejemplo, cuando por fin viaje a Inglaterra, no pienso dejar de pasar por el 221B de Baker Street, ni por el museo de Roald Dahl, por ejemplo.
Pero mientras eso pasa, ya lo decía Emily Dickinson, para viajar no hay mejor nave que un libro, y en este caso, con mayor motivo porque nos vamos, nada más y nada menos que a Tebas, Egipto, de la mano de Mateo, un chaval revoltoso y simpático que tiene mucho que aprender y que enseñarnos.
Mateo que te veo en Tebas es uno de esos libros geniales que la editorial Langenscheidt tuvo la amabilidad de enviarme hace un tiempo. Muchísimas gracias, por dejarme disfrutar de él y de tantos otros.
Además, como coincidió con la Navidad, una de mis primas, Teresa, también lo pudo leer y debo decir que le gustó mucho.
Sabéis que suelo contaros yo el argumento de los libros pero, esta vez, me gustaría que os lo contara el mismo Mateo, para que veáis lo simpático que es:
¡Hola! Me llamo Mateo. En el cole todos tenemos motes y el mío es Queteveo. Siempre estoy metiéndome en líos. Pero el más gordo fue el día que mi clase visitaba el Museo de Historia, donde por cierto trabajan mis padres. Pensé tierra trágame, y dicho y hecho. Por arte de magia viajé hasta el Antiguo Egipto, donde conocí a unos ladrones de tumbas, al faraón y...¡a Kipa!
Kipa, por cierto, fue le personaje preferido de Teresa.
Además, Mateo tiene algunas peculiaridades, odia el agua, a las palomas, a las cucarachas, a los payasos y a las serpientes, ya veis, es un poco raro, pero para compensar, le gustan las pizzas, los videojuegos y los libros de aventuras entre otras cosas.
En fin, imaginaos el percal, de repente, sin sabes cómo ni por qué, Mateo se ve en el Egipto de los faraones ¡y casi sin saber nada de él! Ya os habréis dado cuenta de que, con este panorama, la diversión está garantizada.
Como a mi prima Teresa, a mí también me gustó mucho este libro y lo pasé muy bien leyéndolo. Al principio Mateo no me caía del todo bien, pero supongo que era porque aún no le conocía mucho, luego me di cuenta de que es un chico listo y que aunque a veces quiera ocultarlo tiene un gran corazón.
Una de las cosas que me ha parecido más interesantes de esta historia es que nos da muchos datos sobre la época y el lugar al que viajamos, es uno de esos libros con los que se aprende sin darnos cuenta. Además, como sucede con las aventuras de Mucki, tiene juegos y preguntas divertidos que amenizan la lectura y despiertan la curiosidad de los lectores. En fin, que no se conforma con ser entretenido y ameno, va más allá y eso me parece muy inetresante.
Es un libro con mucha acción así que de lee con mucha facilidad, es rápido y ágil y está lleno de situaciones chocantes y momentos llenos de humor.
Yo estoy deseando conocer nuevas aventuras de Mateo, si aún no le conocéis, os animo a que vayáis de viaje con él.