Esta es una receta que podríamos llamar de aprovechamiento. Puesto que el pesto lo había empleado en unos entrantes que podéis ver aquí: Canapés de pesto con mozarela y tomate, como me había sobrado muy poca cantidad, no lo quise desechar y se me ocurrió emplearlo en una mahonesa con ese toque a pesto.
Una mahonesa que podemos combinar con unas croquetas o que también empleé sobre un pescado y lo gratiné, un resultado que sin duda volveré a probar.
Ingredientes:
-1 diente de ajo
-200 ml. de aceite de semillas
-1 pellizco de sal
-unas gotitas de vinagre
-Para la salsa pesto:
-1 diente de ajos
-20 gr. de albahaca fresca
-40 gr. de piñones
-50 gr. de queso parmesano rallado
-10 cucharadas de aceite de oliva
-un pellizco de sal
Elaboración:
Preparamos la salsa pesto. Incluso la podemos tener preparada y envasada para otras elaboraciones, como puede ser una pasta.
Ponemos en el vaso de una batidora el ajo previamente pelado, la
albahaca libre de tallos, los piñones y el pellizco de sal, añadimos una
cucharada de agua templada y trituramos hasta conseguir una pasta. Le
añadimos el aceite de oliva y continuamos batiendo hasta obtener una
mezcla uniforme y fina. Por último le añadimos el queso parmesano
rallado, volvemos a mezclar y ya lo tenemos listo para comer.
Partimos de una mahonesa tradicional. Ponemos en el vaso de la batidora todos los ingredientes introducimos el brazo y empezamos a batir sin mover (esto es muy importante), una vez empiece a emulsionar movemos el brazo hacia arriba y abajo hasta conseguir la consistencia de crema, una vez lo tengamos montado vamos introduciendo poco a poco unas cuatro o cinco cucharadas de salsa de pesto, continuamos batiendo unos segundos más para integrar bien este último ingrediente.
Preferiblemente consumirla dentro de dos días máximo.