Vetusta Blues. –“M.D.R.”
Supongo que no conocen estas siglas: M.D.R. Pero creo que a partir de ahora comenzarán a serles familiares: M.D.R.: Mal de Desinterés Ruinoso. Mal de desinterés Ruinoso en contraposición a B.I.C. (Bien de Interés Cultural).La Plaza de Toros de nuestra ciudad, Oviedo, se ha convertido en el ejemplo preclaro de lo que ocurre cuando los intereses políticos más sucios se empeñan en manchar lo que debería ser el interés general de los ciudadanos, de dos barrios ovetenses como el Cristo y Buenavista y, por supuesto, de la propia capital del Principado de Asturias.Son muchos los artículos que desde esta columna bautizada “Vetusta Blues” le hemos dedicado a esta plaza de toros en ruinas, con la esperanza de que se levante ese B.I.C. que anula cualquier posibilidad de supervivencia a un lugar ideal para ampliar las posibilidades de la ciudad. De la ciudad, no de ningún partido político en concreto. Porque eso es lo que parece que algunos han decidido dilucidar: si se mantiene con pertinaz (e incomprensible) contumacia el dichoso B.I.C. sobre la plaza, se perjudica al alcalde y su partido político, con la vana esperanza de alcanzar algún que otro rédito político, que las elecciones están a la vuelta de la esquina. Y todo argumento, aunque sea tan asqueroso como el colapsar un lugar con enormes posibilidades y dejar que la ruina lo destruya lentamente. Y, miren ustedes, no. La perjudicada es la ciudad de Oviedo. Los perjudicados somos los ovetenses. En especial, los residentes en el Cristo y Buenavista, que contemplan con estupor cómo por unos dudosos criterios administrativos y culturales un edificio que podría ser muy útil para la ciudad se va cayendo lastimosamente, entre la mugre y el abandono. Pero ciertos políticos parecen haber encontrado un supuesto filón para sacar un partido miserable y que sólo perjudica a la propio Oviedo y dos de sus barrios. Y su correa de transmisión administrativa hace el resto. Y, mientras la construcción se viene abajo, comienza ese show de pim-pan-pum del “y tú más” del que nos declaramos sencillamente hartos. Aquí sólo deberían existir dos posturas: a favor de Oviedo, o contra Oviedo. Lo demás deberían ser paños calientes de una disputa artificiosa e insana que lleva lastrando desde hace demasiado tiempo la política en la ciudad. No quiero ni pensar lo que ocurrirá cuando otros enclaves trascendentales para el crecimiento de la ciudad se pongan en juego, como los terrenos de La Vega, la Fábrica de Gas o el antiguo Huca. ¿Merecemos esta mezquina y desnaturalizada disputa los ovetenses? La respuesta es no. Cuitas políticas de ínfima categoría para enredar aún más problemas que requieren un mayor calado, mayor visión de futuro, proyectos serios por encima de disputas políticas que deberían ser nimias ante el valor de lo que pueden suponer para la ciudad. Un poco de sensatez y generosidad, señores.MANOLO D. ABADPublicado en el diario "El Comercio" el sábado 28 de marzo de 2015