No me importa por qué compras ropa producido bajo criterios de comercio justo. Me da igual por qué consumes alimentos ecológicos. Ni siquiera me interesa por qué has decidido cambiar tu coche por una bicicleta. O mejor dicho: sí que me interesa, pero no me importa.
¿Qué necesitas para cambiar el mundo?
Como consumidor tienes el poder de cambiar el mundo. Con cada compra que realizas, das una señal de cómo te gustaría que funcionara el mundo. La noción del consumo responsable implica una decisión consciente acerca de lo que compras y consumes. Y esta decisión consciente puede tener muchas motivaciones:
Puede que te preocupes por tu salud. O por la salud de tus hijos.
Quizás quieres añadir tu granito de arena para mejorar las condiciones de trabajo en otras partes del mundo. O tal vez conoces personalmente a la diseñadora. O a la dueña de la tienda de productos eco.
Puede que lo hagas por seguir la moda; si tu ídolo lo hace, no te vas a quedar fuera.
O quizás quieres apaciguar a las críticas de tu pareja. O simplemente quieres impresionar a tu mejor amiga la cual hace tiempo te habla del tema.
Tal vez has comprado cierto producto simplemente por su calidad. O por su aspecto. O por su tacto. O porque te da pereza escoger entre tantos modelos.
O quizás ni siquiera sabes que esta blusa que llevas se ha fabricado a partir de algodón ecológico.
Lo importante es: ¡que actúes!
Lo digo en serio. No me importa cuál es tu motivación. Aunque sí que me interesa, porque conociendo tu motivación quizás puedo inspirar a otras personas para que piensan como tu. No creo que haya motivaciones mejores o peores. Cada persona tiene que encontrar su propio camino. Y estoy convencida de que la motivación no es lo más importante. Lo importante son las acciones. Quizás el fin no justifica los medios. En este caso los medios justifican el fin.
¿Cuál es tu motivación para comprar de forma inteligente?
—-
Imagen: cafeconlecheporfavor / flickr