Me he cansado de leerte.
Si, leerte. Leerte en miles de novelas y cuentos.
Cansada de imaginarte como un príncipe o un don juan o un don quijote, ¿Qué más da? Cansada de verte en todo tipo de películas, desde los príncipes de Disney hasta Christian Grey.
Me he cansado.
Te quiero real.
Tan real como la dificultad de levantarse un lunes por la mañana.
Tan real como la pereza de ponerte el pijama antes de irte a dormir.
Tan real como la sensación del café caliente a media mañana, justo en el descanso del trabajo.
Tan real como las ojeras después de una noche de fiesta.
Tan real como las picaduras de mosquitos en verano.
Tan real como ver un capítulo de Juego de tronos a las 3 am para que no te hagan spoiler.
Tan real como saber que ya no creceré más.
Tan real como la felicidad de saborear el borde del último trozo de pizza.
Tan real como mi debilidad por los zapatos.
Tan real que no sepa distinguir si eres real o es una inventiva mía.
Tan real que pueda llegar a pensar que eres demasiado bueno para serlo.
Tan real que me pierda en tu mirada y me transportes a lo irreal.
Tan real que finalmente no necesite una pausa para pasar de página y seguir leyendo.
Te quiero así, así de real, así de palpable.
Así de simple, así de complejo.
Porque me he cansado de leerte y de buscarte en donde no estarás.
Así que dame una pista, y voy a buscarte ya.