Revista Cultura y Ocio

Me llamo Lucy Barton. Elizabeth Strout

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Me llamo Lucy Barton. Elizabeth Strout
     "Esta es mi historia. Ésta. Me llamo Lucy Barton."
     Y finalmente sucumbí. Me pudo la curiosidad ante las buenas opiniones y decidí leer  este libro, posiblemente empujada también por lo mucho que me gustó el anterior título de la autora. Hoy traigo a mi estantería virtual, Me llamo Lucy Barton.
     Conocemos a Lucy Barton con una vez en primera persona que habla desde el futuro. Tras una operación menor está ingresada en un hospital mientras buscan un diagnóstico para lo que le sucede. Está sola y pasa muchas horas sola, hasta que llega su madre. Y cinco días y cinco noches juntas se llenaran de palabras y de silencios que intentan cubrir los años de separación mientras somos testigos de lo que sucede en esa habitación.
     Dicho así puede parecer un argumento sencillo, simplista, quizás haya que explicar un poco más. Como que el lector duda sobre si la enfermedad es real o psicosomática (no por ello menos real, si acaso menos perceptible), si echa de menos tanto a sus hijas pero Lucy es una mujer que se siente sola y culpable: culpable de abandono de una vida que parecía marcada, sola como para buscar una compañía inesperada en el hospital...  Y que es una novela de tiempos: tiempo en el que somos hijos y tiempo en el que dejamos de serlo, y también de silencios. Somos testigos entre cuatro pareces del transcurrir de los días cuyo reloj son las luces del edificio que se ve desde la ventana. Testigos de cómo una hija se reencuentra con una madre que parece incapaz de expresarse en el presente salvo cuando sus palabras se quedan en apenas una sombra, y de cómo una madre habla de un pasado duro y rígido en una zona rural que parece opuesto a la vida en la ciudad, lejano, casi irreal... pero no lo es. Cuando uno profundiza en todos estos temas a lo largo de una novela en la que la autora no ha desperdiciado páginas en sentimentalismos vacíos, y quizás por eso tiene la medida justa.... descubre que la historia sigue siendo la misma.
     A veces, como ha sido el caso, un lector se acerca a una novela buscando los sentimientos ajenos en ella y no los encuentra. Me ha parecido banal, e impersonal en el tono y no ha logrado conmoverme esta historia; quizás por sabida, quizás por ver venir desde lejos lo que la autora pretendía. Pero me he sentido fuera de lugar. No durante la lectura, pero si en los tiempos de reposo. Esos que uno emplea entre páginas y recapacita sobre lo leído. Esos en los que el libro se asienta y sentimos las palabras y que, en esta ocasión sólo me decían: "¿y esto es todo?". Porque el libro está bien escrito, podemos hablar de la prosa y de las frases, de los adjetivos dichos y los sentimientos no manifestados, pero en realidad poco más a destacar he encontrado. La historia que debió conmoverme se convirtió en la ventana hacia la vida de una mujer insatisfecha, tal vez por esa sensación de deber no cumplido o haber crecido demasiado deprisa. O quizás fue eso y todo que no logramos empatizar, ni sentí interés por lo que le sucedía. Me hubiera gustado más conocer a la madre, y que fuera ella quien me hablase con el corazón en la mano. Pero no me hagáis caso porque posiblemente sea yo, siempre me han interesado más quienes no llaman tanto la atención porque siempre he creído que ahí, justo ahí, se encuentran los tesoros.
     Mi nombre es Lucy Barton es una novela sencilla y bien escrita que se convierte en una lectura solvente pero que, en mi caso, se ha quedado cortísima, casi vacía. Es lo que tiene muchas veces abrir un libro mirando opiniones ajenas.
     Y vosotros, ¿no teméis ese momento en que las expectativas se convierten en la losa de un libro?
     Gracias.
     "La vida no deja de asombrarme."

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