Revista Expatriados

Me mudo

Por Tiburciosamsa

Las dos plagas que afligen a los extranjeros en Singapur son los médicos venales e incompetentes y los propietarios de casas rapaces. Hoy hablaré de la segunda de las plagas.
Según se acercaba el momento del vencimiento de mi contrato de alquiler, me puse en contacto con el agente del propietario de la casa para la renovación. Lo primero que me dijo es que estaban encantados de tenerme como inquilino y estaban dispuestos a mantener las mismas condiciones de contrato, salvo en un pequeño detalle insignificante: el precio del alquiler se incrementaría un 40%. Mi primera reacción fue preguntarle que qué sustancia exótica fumaba. Una sustancia que te hace pensar que puedes subir un 40% el alquiler a tu inquilino, seguro que también te puede hacer pensar que eres Brad Pitt.
Pues no, resultó que no fumaba nada y que iba en serio. Despues de un tiro y afloja se avino como última oferta a proponer una subida del 20%. Algunos amigos me han dicho que no era tan mala oferta. La primera oferta que le hicieron a C. fue subirle el alquiler un 100%. Luego la dueña se apiadó y todo quedó en un mero 80%.
Cuando llegué a Singapur, pensé en quedarme con el piso de mi predecesor. El dueño dijo que estaba encantado de seguir alquilando el piso a Cisfordios Reunidos S.A. y que por ser nosotros, sólo nos pediría una subida del 30%. Si llegamos a ser otros, nos hubiera pedido un 60% y un trozo del hígado para transplante. Le dijimos que se buscase una barrenadora eléctrica, se ampliase el agujero que él ya sabe y se metiese por allí el piso. Cinco meses después, nos llamó. Que se acordaba mucho de nosotros, que nos echaba de menos y que si Cisfordios Reunidos S.A. estaría dispuesto a volverle a alquilar el piso al precio antiguo. Las carcajadas nuestras se oyeron en Pekín.
Así, son los dueños singapureños, codiciosos y cortoplacistas. Prefieren perder un inquilino razonable ante la perspectiva de forrarse. La idea de subir el alquiler de manera razonable y conforme a la inflación no se les ocurre. A menudo el resultado es que los inquilinos fiables que tenían se les van y de pronto se encuentran con que pasan los meses y no encuentran un nuevo inquilino dispuesto a pagar el subidón. Al final después de varios meses pasados en balde, se avienen a bajar el alquiler al nivel que solía. Aprender la lección les cuesta varios meses de perder dinero, pero es una lección que olvidan rápido. La siguiente vez que tienen que renovar el alquiler al nuevo inquilino, vuelven a pedir subidas del 30% y más.
Debo reconocer que no siempre son los dueños. Sus agentes contribuyen mucho. La renovación del contrato de alquiler le supone al agente una comisión pequeña si es por el precio antiguo. Si el precio aumenta, su comisión también aumenta proporcionalmente. Y se dispara, si el contrato es con un nuevo inquilino.

Alguien que no conozca Singapur podría preguntarse por qué el Gobierno no hace nada, por qué no introduce una ley que prohiba subidas tan disparatadas en los alquileres. El Gobierno singapureño dice que no se quiere meter, que es el juego de las leyes del mercado, de la oferta y la demanda. La realidad es que los inquilinos que sufren estos abusos son casi todos extranjeros, mientras que los propietarios son casi todos singapureños. Está claro a quién hay que proteger, ¿no?

En fin, que hoy empiezo la mudanza a un nuevo apartamento y que mis dueños y su agente se vayan comprando una barrenadora eléctrica para hacer lo propio.
Por cierto, para cuando empiecen a buscar un nuevo inquilino, les voy a pasar dos briznas de información: 1) Últimamente están llegando muchos expatriados a Singapur a causa de la crisis económica en Europa y EEUU, pero son expatriados que llegan con paquetes y condiciones mucho peores que los que las empresas retiraron en 2008-2010 para ahorrar dinero, vamos, que no están para pagar alquileres estratosféricos; 2) A mediados de enero el Gobierno singapureño introdujo una serie de medidas para combatir la especulación inmobiliaria. Uno de los efectos de las medidas es que a los pequeños compradores les han pillado con el paso cambiado y ahora descubren que la única manera de no perder mucho dinero va a ser sacar al mercado de alquiler esos pisos que compraron para revenderlos al año o a los dos años. O sea que el número de pisos de alquiler va a aumentar en breve.
Queridos ex-propietarios y agente, espero que no me llaméis dentro de un par de meses para preguntarme si me sigue interesando la casa al precio antiguo, porque esta vez la carcajada va a oírse hasta en Madrid.


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