Me encantan los mejillones, para mi tienen un sabor a mar inigualable. He comido excelentes mejillones en muchas partes del mundo, pero guardo un recuerdo muy especial de unos que comí en un pueblecito pesquero (o al menos costero) cerca de Victoria en Canadá, estaban hechos al vapor con una salsa marinera, o al menos eso es lo que me pareció. Así que el otro día hice unos como creo que estaban hechos aquellos (míticos para mi) y aunque no eran iguales me gustaron mucho, así que hice unas fotos y aquí os los traigo.
Creo que el mayor secreto para que unos mejillones estén ricos es el género, es decir que la materia prima sea buena y fresca.
La última semana he andado muy liada y no he podido publicar, tengo varias entradas medio preparadas pero he ido con la lengua fuera, espero poder ir completándolas y regularizarme un poco en las publicaciones, aunque no sé porque mañana tengo que viajar otra vez. Eso si, suelo aprovechar para encontrar lo más típico de gastronomía en el lugar que visito y luego probar a hacerlo y, si me gusta, traerlo aquí. Ya os contaré que me encuentro por ahí.
INGREDIENTES:
50 g de mantequilla
500 g de mejillones
2 cebollitas francesas o 2 chalotas
2 dientes de ajo
un poco de perejil fresco
200 g de vino blanco
Mantequilla
Un pellizco de sal
MODO DE HACER
1. Poner la mantequilla al fuego y derretirla en un recipiente grande.
2. Pelar las cebollitas y saltearlas en la mantequilla hasta que se ablanden un poco
3. Añadir el vino y el perejil bien picado y la sal.
4. Cuando rompar el hervor añadir los mejillones bien limpios
5. Cocerlos así, al vapor hasta que se abran (unos 5-7 minutos)
6. Sacar los mejillones.
7. Colar la salsa y reducirla lo que sea necesario.
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