Revista Cocina
¡¡Hola a todos!! Y feliz lunes... aquí seguimos, en vísperas de Navidad, con las neveras ya a tope de cosas, la casa oliendo a abeto y mucho estrés comercial, jejeje...
Yo en esta época del año desarrollo dos rasgos de mi carácter que el resto del año procuro dominar, jejeje... por un lado me dejo llevar mucho por el espíritu navideño... disfruto de todo... las multitudes, la loteria, envolver regalos y preparar con mis primos el amigo invisible... todo!!
Y a la vez se me desata la impaciencia y la mala leche... sip, he dicho mala leche, sip, no es una palabra muy educada... pero es la más descriptiva, jejeje... en estas fechas es cuando una monta el pollo a menos que la toquen un poco las narices, cuando una se pelea sin ningún pudor cuando a lo largo del año suele ser modosa y amable... y la organiza cuando sabe que tiene razón aunque nadie más lo piense....
Os explico: en estos días en que día sí día también salgo del despacho y de 10 horas de templar gaitas, resolver entuertos y en general tratar con todo tipo de personajes una sale directa a la vorágine comercial... esa en la que el dependiente le dice veladamente que "usted es tonta por llevarse eso cuando yo creo que eso es una mierda inútil", esa en la que todo son gruñidos del señor de la cola cuando te toca antes que a él, todos son empujones y groserías de gente que menos te esperas (ejem, ancianas moñoñas que piensan que el autobús es sólo para ellas), niños histéricos con ataques de nervios dignos de la López Ibor.... y lo mejor de todo.... dependientes del súper y cajeras que se piensan de que a pesar de que tu pides una cosa no quieres eso, no... quieres lo que ellos piensan que es mejor para tí.... ¿?¿?¿?¿?¿?
En fin, mi hermana y yo hemos hecho un pacto después de que en el último pollo que monté en mi supermercado me regalaron un cuchillo jamonero.... el pacto consiste en:
1. Tomar un valium antes de atravesar las puertas del super (a pesar de que sean las 8 de la tarde, el super esté hasta los topes y nos quede una compra de hora y media por delante).
2. Dividirnos las compras para tardar la mitad que luego vuelve a llevarnos pasar por caja.
3. Procurar no comerme a la (pobre) cajera que (¡¡SÍ!!) no tiene la culpa de los tiempos de espera.
4. Tener paciencia en las colas de los productos frescos y procurar no discutir con los tenderos a pesar de que a ellos les vaya la marcha (léase, discutir cada cosa que quieres que te pongan y cómo quieres que te la preparen)...
Total, que como en una hora estaré en ese supermercado con una lista tan larga como mi brazo dispuesta a llenar un carro de champán y mazapán... he tenido que repasar los términos del acuerdo antes de que mi hermana cumpla su amenaza y me deje empantanada en el super, jejeje...
Y al hilo de los ingredientes para platos navideños quería compartir con vosotros esta receta... esta receta buenísima!!
En casa nos encantan los mejillones... de siempre, la verdad... como más en escabeche, ummm... son buenísimos... pero también nos gustan mucho con distintas salsas, o al vapor sencillamente con un poco de limón... y últimamente estoy aprendiendo varias salsas con quesos así cremosos en las que los mejillones ganan muchísimo.
Con gorgonzola, con idiazábal, al parmesano... quesos intensos y un poco fuertes le van fenomenal a estos moluscos que por lo demás son muy fáciles de hacer, cunden un montón y son tremendamente económicos.
Yo, como os decía los pongo muchísimo en casa, y cada vez lo hago más en reuniones con amigos... un kilo de estos junto con un par más de aperitivos y unas copas y tienes una cena improvisada en un santiamén.
La receta de hoy es, como la del otro día del camembert, de un grande.... el chef Martín Berasategui que enseña en el programa Robin Food recetas como esta... sencillotas, asequibles, para todos los gustos... pero con su propio toque elegante y diferente.
Para aquellos a los que les guste el marisco económico, les guste untar pan y les guste el queso... ¡¡esta es su receta!!
Ya veréis lo fácil que es, os dejo con ella.
Receta de mejillones al gorgonzola.
Ingredientes para un tapeo para 4-6 personas, en función del apetito:
- 1 kilo de mejillones
- 1/2 cebolla picada muy finito
- Una cucharada de mantequilla
- 1 diente de ajo
- 1/2 vaso de vino blanco o martini
- 150 gramos de nata para cocinar
- 100 gramos de queso gorgonzola
- 2 yemas de huevo (opcional)
- Perejil o cebollino fresco picado
- Sal y pimienta
Modo de hacerlo:
1. Lo primero que hay que hacer es preparar los mejillones. Para ello los preparamos máximo 48 horas después de haberlos comprado, a ser posible bien frescos, dentro de su malla y con un peso encima del paquete para que los mejillones no se abran.
2. Cuando vayamos a prepararlos los cojemos de uno en uno y ante el grifo del fregadero descartamos los rotos o abiertos, lavamos bien las conchas y quitamos la rebaba que le sale al mejillón en un borde y vamos colocando en un bol con agua fría y un buen puñado de sal para que suelten su posible arena.
3. Mientras esperamos esa media hora ponemos en una olla profunda a derretir la mantequilla... una vez derretida incorporamos la cebolla bien picada y el ajo y pochamos despacito hasta que se ponga la cebolla traslúcida.
4. Pasado ese momento incorporamos los mejillones y el vino, tapamos la olla y dejamos cocer 3-4 minutos, lo justo para que se abran las conchas de los mejillones.
5. Una vez comprobemos que los mejillones se han abierto los sacamos con cuidado de nuevo al bol, quitamos la concha vacía de mejillón y reservamos el resto.
6. El caldillo de los mejillones junto con la cebolla y el vino que queda en la olla lo dejamos al fuego, reduciendo durante unos minutos... pasados los cuales añadimos la nata que dejamos que hierva otro par de minutos.
7. Finalmente fuera del fuego añadimos el gorgonzola ligeramente desmigado removiendo bien para que este se derrita en la salsa, también incorporamos entonces las yemas de huevo y removemos bien para que se integren sin cuajarse... este paso de las yemas es opcional... para espesar la salsa y que gane cuerpo, aunque yo la mitad de las veces no lo hago.
8. Ya sólo falta salpimentar con cuidado que el queso ya es muy fuerte, verter los mejillones en una fuente hermosa, salsear por encima y espolvorear con cebollino o perejil.
Y listo!! Como veis no es nada complicado, en 20 minutos tenéis el plato listo (sin contar con la limpieza de los mejillones, eso sí) y con una buena barra de pan os soluciona una cena, un aperitivo o un picoteo.
En unos días os enseñaré fotos de la primera cena navideña del año que hice en casa el sábado... una cena de Acción de Gracias con todo un menú típicamente americano... lleno de recetas buenísimas y un jamón asado que hizo Almu con glaseado de coca-cola y sirope de arce... pero esa es otra historia, jejeje....
Un besazo a todos, Luz.