Mis queridas amigas Aisha y April han vuelto de vacaciones con las baterías más que recargadas y para el Reto Cooking The Chef de Septiembre, nada más y nada menos, que nos han sorprendido con el Chef Eneko Atxa.
Querían que nos quedáramos con la boca abierta tras el regreso a la rutina y, en lo que a mí respecta, lo consiguieron. Porque así me quedé yo cuando abrí el correo en que nos lo comunicaban. Congelada, bloqueada y sin saber si ir hacia delante o hacia atrás. ¡Chicas! Estas noticias así, sin anestesia, cuando ando todavía algo asilvestrada, anárquica, haciéndome a la idea de la vuelta al trabajo, me pueden dejar en shock. ¿Me pueden? Vamos, que me dejaron en shock.
Y es que hasta que decidí preparar estos Mejillones sobre Llama y Patata Limón ... navegué mucho.
Navegué, nadé y buceé todo lo que pude por las redes, indagué todo lo que supe y tentada estuve de tirar la toalla esta vez. Así lo comenté a las chicas.
Parece que no era la única que estaba en esta situación de bloqueo post-vacacional, y ellas nos animaban: "Venga, que vosotras podéis con esto y más", "Que basta con utilizar la idea, la base ..."
Si no nos lo decían con estas palabras, eran parecidas. Puede que si no lo fueron, era lo que yo quería entender.
Ay, pero ¿qué hacer? Todas las recetas llevaban algunos ingredientes poco comunes y no tenía tiempo material para conseguirlos. Además, en todas se aplicaban una o varias técnicas de esas que son complicadas de resolver o sustituir, y si las sustituía, el resultado del plato no se iba a parecer al original. Uff!
Sigo buceando y buceando, que no se diga que me voy a rendir al primer obstáculo. Y mira por donde una receta de Mejillones sobre Llama sale a mi encuentro. Claro que ya de entrada la llama la voy a tener que sustituir por una espléndida vitrocerámica. Sigo indagando en la receta y en la forma de preparación.
Recuerdo una receta francesa, que siempre me llamó mucho la atención, en la que preparaban los mejillones en una sartén, todos apretujaditos, con la parte ancha hacia abajo y la punta hacia arriba, sin agua y toda la superficie cubierta con pinocha. Pues no, pinocha tampoco tenía, pero sartén sí y una tapadera cubriría los mejillones. Podría ser una solución.
Revisé el resto de la receta. Las patatas confitadas al limón eran viables y el licuado de perejil se podía adaptar. El resto de la salsa, por esta vez, lo obviaría.
Et voilà! Ya tengo receta elegida. Manos a la obra. Espero que Eneko Atxa no me lo tenga a mal, la intención es lo que cuenta y cometer sacrilegio no era mi intención.
¿El resultado? Los mejillones quedaron jugosísimos. Soltaron mucha agua, parte de la cuál añadí al licuado de perejil, el cuál ha sido todo un descubrimiento. Y las patatas limón, muy ricas.
Moraleja: Al final, de estos retos siempre aprendemos algo y descubrimos algo nuevo. Así que ... gracias Aisha y April por retarnos ;-)
INGREDIENTES:
- 300 gr. de Mejillones gallegos
- 100 -150 gr. de Patatas
- Piel de 1 Limón
- 100 ml. de Aceite de Oliva Virgen Extra
- 2 Dientes de Ajo
- 1 Buen manojo de Perejil fresco
ELABORACIÓN:
- Cortar las patatas a rodajitas. En un cazo poner el aceite con la piel de limón y añadir las patatas. Confitar a fuego lento durante unos 20 minutos, y cuando estén listas, sacarlas del cazo y escurrir.
- Mientras, limpiar los mejillones y ponerlos bien apretaditos en una sartén alta. Los ordenaremos uno al lado del otro con la parte ancha hacia abajo y la punta hacia arriba. Tapar la sartén con una tapadera y poner sobre el fuego. En un par de minutos se habrán abierto y habrán soltado todo su jugo. Retirar del fuego y reservar.
- En el aceite de las patatas freir los ajos cortados a láminas.
- En el vaso de la batidora poner las hojas de perejil, 50 ml. del caldo que han soltado los mejillones, los ajos fritos y 3 cucharadas del aceite utilizado. Triturar hasta que emulsione.
- (Opcional) Marcar la carne de los mejillones en una plancha, vuelta y vuelta.
- Para montar el plato pondremos en la base las patatas, encima la carne de los mejillones y rociaremos con el licuado de perejil. Decorar con unas semillas de sésamo negro.
Bon Appétit!