Memorial y centro documental de Bergen-Belsen

Memorial y centro documental del campo de prisioneros Bergen-Belsen. Arq: KSP Engel & Zimmermann
Como por desgracia ocurre en muchas otras localidades centro europeas,  Walle y Hörste (Baja Sajonia, Alemania) han quedado marcadas por la instalación de un campo de prisioneros durante la segunda guerra mundial. Este campo era de prisioneros de guerra, mientras que para los judíos solo suponía un paso previo antes de ir a su destino final. Pero aun con todo, es lamentablemente afamado por ser el lugar en el que murió Anna Frank.
Este nuevo memorial de hormigón visto y tan solo 18 metros de ancho, queda dispuesto a lo largo de 200 metros en el lugar que ocupase el camino que uniese ambas localidades, justo al borde de donde se encontró el campo de prisioneros, hoy un bosque. Con marcado carácter monolítico, a través de él discurre la vía empedrada que nos conducirá tanto a la sala de exposiciones, como tras un quiebro, al lugar en el que se situó el funesto centro.
El edificio queda dividido en dos cuerpos por un patio, lugar en el que el camino empedrado realiza el quiebro. El primero acoge la cafetería, servicios, biblioteca y oficinas, mientras que en el segundo, se encuentran el centro de documentación y la sala de exposiciones. Y es al final de este segundo cuerpo, donde el edificio alcanza su punto de reflexión máxima. Al tiempo que el muro deja de acompañar al camino, la sala de exposiciones se separa del suelo quedando en vuelo, mientras que los suelos disponen ligeras rampas que dirigen al visitante hacia la ventana desde donde divisarán el lugar que se recuerda. Esta es la manera que tiene el edificio de presentar su particular homenaje, no apoyar su peso en el suelo mancillado y dar todo el protagonismo al paisaje.