Me pregunto qué hago yo para plasmar mis recuerdos, porque demasiado seguido me encuentro tratando de recordar cosas que no debería haber olvidado. ¿Cómo es posible que alguien con tan buena memoria pueda olvidar el escalofrío de su primer beso, o el batir de alas de mariposa dentro de la panza al sentir el germen de sus hijas?
No recuerdo a mi madre leyéndome en la cama, o a mi padre enseñándome a nadar. Se me escapó el nombre del primer compañero que me hizo suspirar (aunque sí sus ojos negros) y no creo que reconociera a mis amigas de la infancia si volviera en el tiempo, cual película de Disney.
Sí, claro, sé que esas cosas pasaron y puedo describir las sensaciones, pero eso es porque lo único que recuerdo es el relato o la descripción, y siempre me sentí a gusto con las palabras. Como un rostro querido que se congela en la expresión de esa fotografía que manoseamos desde su pérdida.
La memoria es selectiva, egoísta y acomodaticia. Es frustrante.
Alguien debería inventar el pensadero de Dumbledore.
EriSada