Revista Decoración

Mentalidad emprendedora: hacelo posible (I)

Por Paula Lesina
Mentalidad emprendedora: hacelo posible (I)
Este post comienza con una historia muy personal.
Tengo un hermano, al cual adoro y es el padre de la sobrina más bella del mundo mundial (sin discusión).
Es mi único hermano y somos todo lo diferentes que pueden ser dos personas que comparten información genética.
De verdad.
Nicolás es serio, estructurado, de pocas palabras y organiza al detalle todas sus rutinas. No lee literatura porque la ficción "no le aporta" y su universo se rige por leyes casi inmutables porque aspira al orden y la estabilidad.

¿Necesito explicar por qué somos diferentes?


Somos hermanos sin embargo, Nico mira con sospecha pero sin pronunciar juicios (seremos diferentes pero entre nosotros nos cuidamos) mi espíritu emprendedor.
Crecimos en una familia en la cual la profesión de un padre que trabajaba por cuenta propia nos hizo vivir todos los altibajos de un trabajador autónomo.
Mi padre era odontólogo y nunca aceptó trabajar en una clínica, dejó su trabajo como profesor en la Universidad cuando yo nací y estableció su consultorio en nuestra casa. Sí. En casa. Porque prefería trabajar en un ambiente familiar en el que se sintiera cómodo.

¿Es necesario pronunciar que me parezco a mi padre?


Lo cierto es que ambos habitamos el mismo útero, crecimos en la misma casa, compartimos las experiencias de la niñez (una niñez feliz, por si acaso) nos peleamos lo que se pelean los hermanos y, apenas comenzamos a definir carácter... nos dimos cuenta que éramos distintos.  Mi hermano siempre quiso conseguir un trabajo en un estudio y yo...
No te voy a aburrir con un largo anecdotario de mi vida personal. Lo cierto es que, cuando lo pienso a la distancia y a la luz de mi presente, fui emprendedora desde que tengo uso de razón.
Yo jugaba a tener un taller, a crear y a vender. Sí señora. Tenía inventado un personaje llamado Patricia Silancas que tenía su propia oficina, usaba lentes, firmaba cheques (creo que me parecía sumamente sofisticado eso de firmar papeles con valor) y recibía clientes así como mi padre recibía pacientes.
Es curioso cómo podemos bloquear el pasado... porque mi Patricia quedó perdida por años entre las memorias de la infancia. Con la maternidad estas memorias volvieron a tomar consistencia y cuando anuncié que abandonaba mi seguro y bien-remunerado trabajo por que no era feliz... sé que Nico no entendía nada.
Tampoco dijo nada. Porque cuando te afirmo que es de pocas palabras es un hecho objetivo. Pero no pudo procesar que, por voluntad propia, renunciara a un sueldo seguro que me permitía una vida más que cómoda y muchos gustos personales porque... no era feliz.
De hecho, está convencido que los neurotrasmisores son capitalistas y que cuando tenés comodidad económica no te podés sentir mal, agobiada, con ganas de largar todo y empezar de nuevo con un proyecto más personal, propio, con magia. 
A veces me pregunto en qué momento de nuestra educación nos hicimos tan diferentes. En qué momento uno escuchaba una cosa mientras el otro, entendía otra totalmente distinta.
Es curioso ¿no?
Al menos para mí, queda claro que mi hermano no "ama" su trabajo en un gran estudio. Lo cumple con total responsabilidad porque es lo que "se debe hacer" y vive como el burro de la noria, dando vueltas y vueltas, semana tras semana en una oficina en la cual no importa cuánto trabajes o cuáles sean tus capacidades, todos los meses ganás el mismo sueldo.
Para mí, desesperante. Para él, es la vida.

Para mí al vida es hacerlo posible.


Hace meses que invito a Nico a participar de mi mundo online. 
Hace meses que quiero que se suelte y comparta lo que sabe para trabajar por su cuenta, tener más clientes y finalmente, ser el dueño de su tiempo en un estudio en el que su ganancia dependa única y exclusivamente de la capacidad de generar ingresos por sí mismo.
Pero...
No se desprende de la seguridad de tener una vida por cuenta ajena porque así, es más fácil de entender.
Estoy muy cerca de incluirlo en mis proyectos porque, como te dije en el webinar de ayer, la persuasión es un proceso, no un estado. Tenemos pendiente el temita de la capacidad comunicativa que no es menor... pero dado que hermana se dedica a los textos que emocionan, persuaden y venden, lograr mayor fluidez comunicativa en mi escribano preferido puede ser el desafío de la segunda mitad del año.
Realmente creo que dar ese paso hacia la realización de un proyecto personal hace la diferencia.


Realmente lo deseo para mi hermano porque quiero que disfrute de su profesión y de su verdadero anhelo: ingresos escalables (ya hablaremos de eso).
Realmente quisiera que vos, que estás en ese mar de dudas respecto a darle forma a tu proyecto personal, tomaras la decisión de invertir en tu propio potencial.
Porque, independientemente del resultado, nada es más triste que mirar atrás con la nostalgia de un sueño que se te escapó de entre los dedos esperando que llegara el momento oportuno.
Si algo aprendí en estos meses es que el mejor momento es ahora y la persona indicada vos. Y que si no das ese paso... otro con más ganas que miedo va a tomar ese lugar.
Me parece que te escucho...
- Está bien. Puede que tengas razón pero... ¿por dónde empiezo Paula?

¿Por dónde empiezo a construir mi nuevo proyecto?


Como toda construcción sólida debe construirse, por la base. Empezando por cambiar tu mentalidad y pasando del modo "pánico" al modo "posibilidad". Porque la posibilidad existe y hay que aprender a distinguirla y transformarla en oportunidad.
Tranquila.
Vas a tener acceso a esta ruta que no es secreta ni es solo para elegidos: es para mujeres perseverantes y decididas a crear su propio relato.


¿Estás dispuesta a activar tu desmesurada-mente?
Si sentís que ahora, ya es tu momento de comenzar a emprender, quiero sugerirte un plan con el que solo podés ganar. Es cierto. Vas a tener que invertir para formarte pero... si pensás que la formación es cara... es porque todavía no probaste lo caro que puede ser no formarte.
¿Estamos de acuerdo? ¿Sentís que es tu momento? Entonce te invito a visitar a mi amiga Esti y a que escuches la propuesta que tiene para hacerte: Planificar para ganar.
Ahora... si estás en ese momento en el que todavía tenés que luchar con tus demonios interiores y lo que realmente querés es definir es tu mentalidad como emprendedora con una iniciativa de colaboración entre desmesuradas, te invito a unirte a mi lista secreta, un espacio en el que vas a encontrar semanalmente el proceso para encontrar tu camino y hacerlo a tu ritmo como contaba en el post de ayer.

¿Cómo? Todavía no leíste el post de ayer...


Bueno. Tomate diez minutos para leerlo y pensar en lo que te está pasando. Quiero que me entiendas: no te estoy proponiendo un curso sobre emprendimiento sino un proceso de reflexión para emprendedoras. Después volvé y contame en los comentarios en qué está pensando tu desmesurada-mente.

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