Revista Coaching

Mereces una Vida de Abundancia

Por Maria Mikhailova @mashamikhailova

El artículo que publiqué la semana pasada sobre el coaching estratégico generó un gran interés y muchas personas me contactaron preguntando cómo podían acceder a esta formación y hasta me solicitaron información sobre mis sesiones de coaching.

En aquel post hablaba de unos descubrimientos profundos que hice sobre mí misma a través de esta potente modalidad del coaching. Y como lo prometido es deuda, voy a contarlo por aquí: ¿qué revelaciones he obtenido que me hicieron replantearme toda mi vida?

Abundancia vs. Escasez

Para empezar, tengo que confesar que volví a Madrid, después de aquel intenso fin de semana en Vigo, con una palabra clave en mi cabeza: "abundancia".

Si se trataba de desarrollar a un personaje dormido en mí, mi parte Reina, la pregunta sería: ¿qué caracteriza a una reina de verdad? Desde luego la Abundancia es una de las claves.

Una reina no pide, no ruega, no suplica, no se humilla, no se esconde, no se queda paralizada por miedos o culpas... Una reina es una persona que confía en sí misma, que tiene autoridad, es abundante, que desde una posición de sabiduría y madurez crea su espacio, su reino, su proyecto, lo expande y regala a los demás los frutos de su trabajo.

La palabra ambición a muchos nos rechina, ¿no es cierto? ¿Pero te puedes imaginar a una reina sin ambición? ¿Cómo quiero que sea mi reino: un pantano que no se mueve o un torrente que fluye y genera riqueza y abundancia?

Y ahora toca el momento de sincerarme. Durante años, prácticamente desde que nací me persiguió un patrón de escasez en mi vida. Justo lo contrario de lo que es la esencia de una reina.

No se trata de buscar culpables ni de hacerme pasar por víctima, nunca lo he hecho y no quisiera caer en ese estado. Simplemente se trata de analizar una realidad que por lo que sea me ha tocado vivir (y que seguramente es uno de mis mayores aprendizajes en esta vida).

Todo parte de una creencia-raíz muy arraigada que puede ser una de las preguntas primarias que los seres humanos podemos hacernos.

¿Cómo se forman las creencias-raíz?

A partir de experiencias profundas, dolorosas, incluso traumáticas de nuestra vida. A través de esas experiencias intensas aprendemos lo que es dolor y lo que es placer. Y nuestra meta entonces se dirige a perseguir placer, evitar dolor o ambas cosas a la vez. Cuanto más cercanas a la infancia las creencias, más poderosas son, pues se crean de forma inconsciente y generan patrones que dirigen toda nuestra vida sin que sepamos por qué actuamos así.

Dicen los psicólogos expertos en materia que los 3 primeros años de un niño son vitales para su desarrollo posterior. En esos primeros años de vida es cuando el niño actúa como una auténtica esponja creando a una velocidad increíble conexiones neuronales que configurarán la base de su futura personalidad...

Por circunstancias de la vida que me han tocado, durante esos primeros años de mi más tierna infancia, tuve que vivir alejada de mis padres, y aunque recibía cuidados y mimos por parte de otras mujeres de mi familia (mi abuela, mi bisabuela, mi tía materna y la tía abuela de mi madre), ahora entiendo que viví una especie de abandono, pese a que veía a mis padres todas las semanas.

Esa experiencia vital y primaria posiblemente me generara una sensación de escasez. Es decir, sentía que no había para mí lo que sí había para otros niños.

La escasez, de hecho, me ha perseguido durante toda mi vida, de ahí que me considero a día de hoy una experta en materia de la resiliencia. Superación constante. Escasez de amor, escasez de reconocimiento...

Nunca he querido tener casa propia (probablemente porque temía que la podría perder o porque simplemente sentía que no la merecía). A nivel de pareja: más de lo mismo. Me conformaba con el primero que me hacía caso. Y lo mismo ocurría a nivel profesional: cero ambición, conformismo y aceptar el primer trabajo posible, aunque no me hacía feliz, no tenía que ver con mi profesión y cobrase muy poco.

Afortunadamente mi capacidad de superación, mi afán de conocerme más a mí misma, de crecer a nivel personal... hicieron que fuera superando esas barreras que la vida me iba poniendo. A día de hoy he conseguido tener una profesión que me llena, una pareja maravillosa, viajes a lugares increíbles del mundo (Costa Rica, Japón, México, recorrer toda Europa...), haber vivido en países tan maravillosos como Alemania y Holanda, he conocido y sigo conociendo a gente interesante y abundante, ayudo con mi trabajo a cientos de personas que leen este blog o trabajan conmigo a través de cursos y procesos de coaching que ofrezco.

Las preguntas que te haces enfocan tu vida

Pero ahora toca superar otra barrera más, de las pocas que van quedando: el tema de las finanzas. Hace tiempo descubrí que mi relación con el dinero no era la mejor. Es decir, en lugar de preguntarme cómo puedo ganar más dinero y crecer económicamente, me enfocaba en el ahorro, en el hecho de no perder, más que en ganar.

La diferencia está clara. Si mi enfoque es ahorrar, viviré una vida pobre, una vida de restricciones, una vida en la que sentiré que no merezco tener una casa maravillosa, ropa de calidad, clientes que pagan bien por mis servicios.

Como el 9 que soy en el eneagrama, todo lo material siempre ha sido relegado por mí al segundo plano. De hecho, si te fijas en mi canal en Youtube, los primeros vídeos pertenecen a una serie llamada "Vivir con poco". Es cierto que me gusta no depender de cosas materiales y no les doy demasiada importancia, pero una cosa es ser desapegada y otra vivir en la escasez.

Y es que la escasez y la abundancia son cuestiones meramente de enfoque. Si te enfocas en la abundancia, si sientes que hay espacio para ti en esta vida, si crees que hay gente dispuesta a pagar por tu ayuda, que hay suficiente amor, dinero y salud las cosas llegan, porque el Universo es abundante y generoso.

La pregunta que más me ha perseguido durante toda mi vida ha sido: " si no me doy prisa, lo puedo perder". De ahí mi impulsividad e impaciencia en muchos ámbitos de mi vida. De ahí el decir siempre sí, porque si digo no, puede que ya no obtendré ese sí más adelante. Falta de asertividad, baja autoestima, falta de confianza, sentirme inferior, creer que no me merezco ciertas cosas...

Así todo junto suena bastante desagradable, ¿verdad? Por fortuna muchos lastres ya los dejé atrás hace años y en otros sigo trabajando a día de hoy.

Porque el hecho de ser coach y dedicarme a ayudar a otros a mejorar sus vidas no significa que yo haya llegado al umbral de la perfección y lleve una vida fantabulosa. Mi gran reto ahora es reconciliarme con las finanzas, con la abundancia a nivel económico, sentir que hay suficiente en este mundo para mí, que lo merezco.

Cómo enfocarte en una vida de abundancia

Y si tú te has sentido identificada con mis palabras, me gustaría que lo compartieras con todos. Por ejemplo, ¿qué patrón te ha perseguido desde tu infancia? ¿Qué preguntas te haces con relación al dinero o a otro ámbito de tu vida que está estancado? ¿Cómo empiezan tus preguntas recurrentes ante dificultades en la vida?

A veces simplemente fijándote en tu patrón recurrente a la hora de hacer las preguntas, puedes entender muchas bastante acerca de tu manera de vivir.

¿Por qué todo lo malo me pasa a mí? ¿Por qué nunca consigo lo que deseo? ¿Por qué me cuesta creer más en mí?

Escribe tus preguntas recurrentes. Y después pregúntate cómo puedes cambiarlas por algo más productivo:

¿Cómo hago para que me pasen cosas mejores? ¿Cómo puedo conseguir aquello que tanto deseo? ¿Cómo puedo creer más en mí?

A veces una diferencia tan sutil como sustituir un por qué por un cómo te abre un mundo lleno de posibilidades, te lleva hacia la abundancia, en vez de anclarte en el pasado y quedarte en las excusas.

Sé que no es fácil ser conscientes de cómo pensamos día tras día, de cómo nos hablamos, de qué decisiones tomamos o qué emociones sentimos a cada momento. Pero para eso está la figura de un coach: alguien que te puede hacer de espejo, fijándose en tu forma de expresarte, hablar, en tu enfoque, en el significado que le das a aquello que te ocurre...

Si llevas tiempo preguntándote por qué no eres feliz o por qué no consigues aquello que te propones, tal vez sea hora de invertir en ti misma.

Y sí, a mí siempre me hizo sentirme culpable el hecho de gastar en mí misma: en ropa, en accesorios, incluso en formación. Siempre he buscado la vía más barata, más económica de conseguir aquello que deseaba. Pero como versa un dicho popular: lo barato sale caro. Los zapatos de plástico no duran ni una temporada. Las aplicaciones gratuitas llevan no te ofrecen todas las funciones.

Por ejemplo, dudé muchísimo a la hora de invertir en el Curso de Coaching Estratégico, pero ahora siento que fue de las mejores inversiones hechas en mi vida.

Yo creo firmemente que absolutamente todos nos merecemos una vida mejor. Y lo mejor es que eso no depende de lo que tengamos en este momento, sino de cómo enfoquemos nuestra vida entera, a través de preguntas, significados y decisiones que tomamos a diario.

Si te interesa iniciar un proceso de coaching conmigo para llevar tu vida al siguiente nivel y conseguir una vida abundante. O tienes interés en realizar el curso de coaching estratégico que ha sido clave en mi transformación personal y profesional, contáctame y te proporcionaré la información sobre ello.


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