Famosa por su ruinas romanas y su anfiteatro, lo que no es tan conocido para la gente de fuera es que Mérida es la capital de Extremadura y que se tapea de vicio. Nuestra visita fue muy rápida, de apenas unas horas, pero nos dio tiempo a descubrir su potencial.
Hay que destacar que allí se "tapea". En condiciones. Nada de tapa de cortesía enana. La tapa es de pago, la media está entre los tres y los cuatro euros y suele ser enorme. Las cartas tienen su sección de tapas bastante amplia y algunas son tan grandes como las raciones de otras comunidades. El centro está lleno de bares, sobretodo en dos zonas concretas: la Plaza de España y en José Ramón Melida, la calle que va al anfiteatro romano. Aquí, aunque a primera vista puede parecer territorio para turistas por sus menús o los camareros invitándote a entrar también se puede tapear en algunos locales y no te miran mal si, una vez sentado les dices que solo quieres tomar una tapas.... eso si, lo que no se estila mucho es el tapeo de pie, de barra, de una rápida y para otro bar. Es más de sentarse y tomar varias en el mismo local.
También hay bares dispersos en callecitas de la zona antigua junto a restos arquitectónicos; una ubicación privilegiada, como nuestra primera parada Sagasta9 (en la calle del mismo nombre y número). Un precioso local, con zona de restaurante y un patio interior acogedor donde se puede tapear, tomar raciones o comer. Como la idea era tomar una rápida nos quedamos en la zona de barriles de la entrada y nos pedimos un salmorejo y unas croquetas de puntillitas y tinta de sepia. Aunque sospechamos que nos trajeron de otro tipo, de marisco, no estaban malas.
En la calle que va al anfiteatro también hay varios locales. Entre ellos Nico Jimenez Tienda & Tapas y que es justo eso, una tienda donde se puede tapear. Un verdadero templo del jamón. Nico Jimenez tiene el record Guinness a la loncha más larga del mundo con más de 13 metros. Según avanzas hacía el anfiteatro hay varios restaurantes más, al ser de menús, pueden echarnos para atrás pero hay uno de ellos, Serendipity, que merece mucho la pena. Por su servicio y por su carta. De precios ajustados y de tapas enormes. Nosotros pedimos 4 tapas y un plato de jamón y con eso ya pudimos darnos por comidos. La tapa de carrillada (4,5€ muy buena) o la de migas (2,9€ muy floja) eran tan grandes que en otras Comunidades las llamarían raciones. También probamos el timbal de morcilla con milhoja de patatas (3,9€) y solomillo de cerdo con P.X (3,9€) que completamos con una ración de jamón ibérico muy bueno, aunque algo tosco el corte, al módico precio de 12,9€.
Este enorme plato de migas y el de carrilleras es una tapita :)
Tan llenos terminamos con solo estos dos locales que no pudimos seguir tapeando. Nos quedó la zona de la Plaza España que, por lo que pudimos ver, era más de tipo sentado, terracitas e incluso pudimos ver alguna franquicia.
Si quieres hacer una escapada cultural donde además puedas inflarte a comer como un romano Mérida es tu opción.